El dolor es sin duda uno de los componentes que más nos preocupan de las enfermedades o de cuando sentimos que no gozamos de la buena salud habitual. En ocasiones creemos o sentimos que siempre nos duele más una parte del cuerpo en un determinado momento del día que en otro. Una sensación que puede parecer que sea algo más propio de la creencia de cada uno que de algo que tenga que ver estrictamente con la realidad o con algo científico.

Lo cierto es que si eres de los que siente más dolor de muelas por las mañanas que por las tardes o si tus problemas de espalda se agudizan a la hora de dormir más que en pleno día, la ciencia cree que puede tener todo el sentido del mundo. Según recientes estudios, no todos los dolores molestan con la misma intensidad ni se producen de manera uniforme, sino que cada momento del día es más propenso a producirnos fastidio en función de cuál sea la dolencia.

El dolor es algo más complejo que un sistema binario de blanco o negro, de me duele o no me duele. Habitualmente fluctúa y aparece y desaparece pero también se da con mayor o menor intensidad según los casos.

Los ritmos diarios del dolor

El dolor no depende solamente de padecer una lesión, una enfermedad o de un exceso de esfuerzo. Según afirman los científicos, al igual que el resto del cuerpo, el dolor se ve sometido al ritmo circadiano. Lo que ahora parece haberse conocido es que al igual que el cuerpo tiene su propio ritmo circadiano –con su ciclo de día y su ciclo de noche–, cada célula de nuestro cuerpo tiene el suyo propio que no tiene por qué coincidir con el del cuerpo como organismo.

Así, por las mañanas es más frecuente que sientan dolor aquellas personas que tienen afecciones inflamatorias como el dolor de muelas, la migraña o la artritis reumatoide. Sin embargo, quienes padecen de dolores neuropáticos, los sufren más por la noche. Es el caso de quienes son presa de un cáncer, una neuropatía diabética o una neuralgia postherpética derivada de haber contraído un herpes zóster.

El dolor en las personas sanas

Los ritmos circadianos que afectan al dolor también intervienen en el día a día de las personas sanas. Algunas investigaciones han logrado demostrar que una persona sin ninguna clase de dolencia sufre más en determinados momentos del día si uno de sus nervios se ve estimulado por un golpe recibido en una pierna, por ejemplo.

En un estudio realizado por científicos israelíes en 2015, se expuso a un grupo escogido de hombres a dolores provocados por el frío y el calor en distintos momentos del día y comprobaron que su sensibilidad al dolor era menor por las mañanas.

Desde el Laboratorio de Cronobiología del Dolor y Neuroinmunología de la Universidad de Queen en Kingston, Ontario (Canadá), afirman haber demostrado a través de diversas investigaciones que el dolor por calor, el dolor por frío y el dolor mecánico parecen tener el mismo ritmo durante todo el día. Un hallazgo que permite que se puedan establecer ciertos patrones médicos para tratar de paliarlos.

Tratar el dolor según sus ritmos

El hecho de tratar los dolores según cada ritmo circadiano se conoce como cronoterapia y cuanto más se conoce el calendario del dolor, más y mejor se puede aplicar esta cronoterapia para los pacientes que sufran las dolencias.

De esta forma, si una persona tiene prescrita la ingesta de dos dosis de medicamentos por la mañana y otras dos por la noche, seguramente sea conveniente revisar su prescripción y que tome una dosis por la mañana y tres al acabar el día si, por ejemplo, su dolor fluctúa a lo largo de las 24 horas.

Esta reformulación en la prescripción médica según el horario y el tipo del dolor se ha estado probando en pacientes con artritis reumatoide y se ha convertido en un éxito durante las pruebas.

Lo que cada vez tienen más claro los investigadores es que el dolor tiene mucho que ver con el reloj interno de cada paciente, con la dolencia que sufra y que el de la cronoterapia es un campo que va a resultar cada vez más decisivo para luchar contra algo tan crucial como es el dolor.