El dolor de cadera es una afección bastante frecuente de la que pocas veces se habla frente a otras dolencias como el dolor de espalda o de otras articulaciones. Es una de las articulaciones más grandes de nuestro cuerpo, que une el hueso coxal y el fémur, o lo que es lo mismo, el tronco y las extremidades inferiores.

Con el paso de los años, lo lógico es que se vaya produciendo un desgaste progresivo que pueda provocar malestar al realizar determinados movimientos o incluso un dolor crónico muy molesto que se acentúa sobre todo por la noche.

Mujer cadera

Generalmente, cuando empiezan las molestias, suele deberse a una serie de condiciones que afectan a la articulación de la cadera, a los músculos conectados y al tejido circundante. Por ejemplo, a medida que los músculos se van debilitando, sobre todo a partir de los 45-50 años y si no se realiza ejercicio, la cadera realiza movimientos para estabilizarse y soportar el resto de la articulación. Es muy común en el caso de los músculos del glúteo. Cuando pierde fuerza, los tendones que unen el músculo a la cadera y la pelvis se contraen, y provocan un dolor en la cadera conocido como síndrome de dolor trocantérico mayor.

Otra de las causas pueden ser la bursitis, que se produce cuando la bolsa de la articulación que la protege y la amortigua se inflama. Normalmente este dolor se extiende por el costado del muslo. Algo parecido sucede con la tendinopatía, una afección que puede producir dolor en los tendones que unen los músculos de los glúteos a la cadera y la pelvis al inflamarse o romperse debido a la sobrecarga de la articulación. También existen otros orígenes del dolor de cadera: la osteoartritis, relacionada con el natural desgaste del cartílago que rodea los extremos de los huesos, el ejercicio extenuante y el sobrepeso o la obesidad.

En cualquier caso, lo primero que hay que hacer es acudir al especialista para que determine cuál es la causa exacta y prescriba el tratamiento analgésico más adecuado en cada caso.

Mientras tanto, se pueden realizar los siguientes ejercicios que pueden ayudar a prevenir todas estas dolencias que tan molestas pueden resultar en el día a día de cualquier persona. La mayor parte de ellos consiste en estirar y ejercitar suavemente las caderas, aumentando la movilidad y fortaleciendo los músculos.

Cadera esqueleto

Levantamiento de rodilla

Acostado sobre la espalda, extendiendo ambas piernas planas a lo largo del suelo, mantener la pierna izquierda recta y llevar la rodilla derecha hacia el pecho colocando ambas manos sobre la rodilla para ayudar a tirar hacia el pecho. Mantener 10 segundos y soltar, repitiendo entre 5 y 10 veces con cada pierna.

Rotación de cadera

Acostado boca arriba, doblar las rodillas y llevarlas hacia el cuerpo hasta que los pies estén planos sobre el suelo. Girarlas suavemente hacia la izquierda manteniéndolas a ras del suelo. Girar la cabeza hacia la derecha mientras se mantienen los hombros pegados al suelo. Mantener durante 20-30 segundos, volver hacia la posición inicial y repetir en el lado opuesto.

Estiramiento de cadera

Acostado sobre la espalda, doblar las rodillas y llevarlas hacia el cuerpo hasta que los pies estén planos. Agarrar con las manos por debajo de las rodillas llevando las piernas hacia el pecho. Respirar profundamente y mantener la posición durante 20-30 segundos.

Flexión de cadera 

De pie, extender un brazo hacia un lado y sostenerse sobre una superficie resistente, como una pared, mesa o silla, como apoyo. Lentamente levantar la rodilla derecha hasta el nivel de la cadera o hasta donde sea cómodo mientras se mantiene la pierna izquierda recta. Colocar el pie izquierdo en el suelo y repetir con la otra rodilla. Hacer 5–10 repeticiones.

Ejercicio de talón a glúteos

De pie, con las piernas rectas y los pies separados al ancho de los hombros. Apoyarse en una silla, mesa o pared. Doblar la rodilla izquierda, subir el talón hacia la nalga izquierda con la parte superior del pie mirando hacia el suelo. Mantener la pierna derecha recta y alinear las rodillas. Bajar lentamente la pierna y regresar a la posición inicial. Repetir el ejercicio con la otra pierna. Realizar 5–10 repeticiones.