Los robots se ganan un sitio en nuestras vidas. Para cocinar, para limpiar y en general para liberarnos de algunas cargas. ¿Sin embargo, es fiable ser operado por un robot? ¿Puede tener consecuencias? ¿Son lo bastante inteligentes? El 62% de los españoles estaría ya dispuesto a ser operado por un robot. Eso sí, con condiciones. Como mínimo, el robot tendría que estar bajo supervisión "constante" de un médico, ya que "pueden ser más precisos y fiables que las personas". Así lo ha determinado el estudio Health Report 2019, hecho por la compañía farmacéutica STADA con 18.000 encuestados en nueve países europeos diferentes.

El informe, que ha sido presentado en Berlín y ha obtenido muestras de Bélgica, Francia, España, Italia, Serbia, Alemania, Polonia, Rusia y Reino Unido, demuestra que más de la mitad de los europeos (56%) ya está abiertos al planteamiento de una cirugía hecha por un robot con la asistencia de un profesional sanitario. ¿Pero quiénes son los más desconfiados? Los tres últimos lugares de la tabla los ocupan los británicos (50%), alemanes (49%) y los serbios (45%), que creen que los robots "no pueden sustituir a los médicos" o simplemente que no pondrían su vida "en manos de una máquina".

Según estos hallazgos, en España, al 63% de los hombres no les importaría ser atendidos por el "doctor Robot", en comporaració con el 49% de las mujeres. Las personas más mayores de 50 años (61%) están más abiertas a una cirugía robótica que los menores de 35 años (50%). De esta manear, evidencian que la predisposición a someterse a una operación realizada por una máquina aumenta con la edad. En comparación con Italia, donde la mayoría se sometería a un bisturí mecánico, la población serbia es mucho más cautelosa con estos avances (45%).

España también se encuentra en primera posición a la hora de someterse a una prueba genética (90%) aunque sólo el 23% conoce exactamente qué se puede diagnosticar a través de este test --en la misma línea de la media europea (24%). Las lagunas de conocimiento más importantes con respecto a las pruebas genéticas se encuentran en Italia, donde sólo el 17% respondieron correctamente.

Aparte, este estudio también ha dejado algún otro dato curioso. Cuatro de cada diez europeos se muestran receptivos a la hora de utilizar aplicaciones y dispositivos de salud, como por ejemplo pulsómetros. Estos asistentes tecnológicos tienen un amplio número de adeptos en España (54%), Italia (50%) y Rusia (45%). Los franceses, los alemanes, los belgas y los serbios sólo los utilizan de vez en cuando, pero menos del 40%. En su opinión, suponen una pérdida de tiempo y dinero. Asimismo, a los franceses (29%) y los alemanes (26%) les preocupa el posible uso indebido de sus datos. En comparación, el valor promedio de todos los europeos se sitúa en el 20%.