Después de los excesos navideños a más de uno le habrá rondado en la cabeza la idea de seguir una dieta vegana para compensar y mejorar la salud. Y es cierto que para muchos, puede ser una opción estupenda, pero hay que tener cuidado. Porque hacer una dieta vegana, puede tener algunos riesgos, sobre todo si no se pide consejo a los expertos y no se toman una serie de precauciones.

En primer lugar, para aquellos a los que los términos todavía les generan dudas, hay que aprender a distinguirlos. Por un lado están los vegetarianos, que no comen carne animal, pero algunos sí toman sus derivados como los lácteos o los huevos. Los veganos, por su parte, eliminan de su dieta los productos de origen animal y sus derivados, y los crudiveganos también, pero sin cocinar a más de 47ºC.

Fresas con cereales

Son muchos los estudios científicos que muestran que los vegetarianos y los veganos tienen unos índices de salud mejores que el resto de la población, pero hay que tener en cuenta también otros factores, como que, generalmente, estas personas suelen tomarse más en serio su salud, llevan una vida menos sedentaria y se cuidan más.

En cuanto a lo de abandonar completamente la carne, hay que tener en cuenta un aspecto: es una excelente fuente de proteínas de calidad, incluida la roja. Esta última, tan denostada, aporta micronutrientes esenciales como hierro, zinc, selenio, potasio y un abanico de vitaminas del grupo B como niacina (B3), riboflavina (B2), tiamina (B1) y vitaminas B6 y B12. Es complicado, aunque no imposible, encontrar en esa misma cantidad en los alimentos vegetales, por lo que antes de dejarla conviene consultar con un especialista. Porque en colectivos como el de los niños, las mujeres en edad fértil y los ancianos, la carne roja es un alimento muy recomendable.

Con el calcio ocurre algo parecido, pues se trata de un nutriente esencial para los huesos y se encuentra mayoritariamente en los productos derivados de los lácteos, alimento desechado por los veganos. Los pescados y mariscos son ricos en omega 3, que es un tipo de grasa que nuestro organismo no puede producir por sí sólo y que tiene efectos antiinflamatorios y autoinmunes, lo que reduce el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer, patologías cardiovasculares o envejecimiento.

Esto no quiere decir que no se puedan encontrar productos sustitutivos, pero antes de comenzar la dieta hay que tener en cuenta cómo se pueden compensar para no padecer ninguna falta de nutriente esencial. Por lo general, se pueden tomar suplementos que ayuden a evitar estas carencias.

Patatas con vegetales

Y eso sí, lo que no es recomendable es que un niño haga dietas veganas y vegeterianas. El desequilibrio de macronutrientes y de vitaminas y minerales que se produce no solo afecta a su  crecimiento, sino que puede influir en el desarrollo neuronal, en el del sistema nervioso y de la sangre y el correcto desarrollo de los nervios.