Conquistar y seducir a la pareja cuando ya se llevan muchos años juntos es un arte que no termina nunca. Se podría decir que consiste en desarrollar una técnica que permite cautivar el ánimo del otro, mantener la chispa y conseguir que se sienta atractivo y deseado con el paso de los años. Pero… ¿es posible? Las personas cambiamos a lo largo de la vida y los medios empleados al comienzo de la relación pueden ser ineficaces tiempo después. Así que la receta parece pasar por la creatividad y la observación. No se reduce solo al sexo, a lograr en un determinado momento tener un coito, sino a una capacidad de seducir que tiene que ver más con la convivencia.

El atractivo puramente físico, aunque sea muy intenso, no se mantiene en el tiempo. Por lo tanto, tiene que ser algo más amplio, que tiene que ver con el hecho de aceptar a la otra persona con sus defectos y virtudes. A veces, cuando pasa el tiempo, es fácil pensar que ya se sabe todo del otro, pero lo cierto es que no es así y que mantener una cierta tensión es muy beneficioso para cualquier tipo de pareja. La seducción obliga a prestar atención, a pensar e intentar redescrubrir el atractivo de la otra persona. La rutina es negativa para la convivencia en ocasiones y para vencerla hay que cuidar la palabras, los gestos y los detalles.

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Es importante no dejarse llevar por la pereza ni engañarse a uno mismo pensando que no hay que hacer nada más. En las terapias de pareja este es uno de los temas que más cuestan, porque no se entiende eso de que hay que trabajar casi diariamente para sorprender. El secreto está en los detalles, cuestiones del día a día que pueden despertar la atención de la otra persona. Los expertos lo llaman gratificaciones y son muy importantes para volver a recuperar la ilusión si se ha perdido.

En las parejas se suele instalar una cierta desidia que con el tiempo conlleva que uno más que querer estar con el otro, le soporte. Y eso hay que evitarlo. Cuando uno de los dos detecta que se están instalando la apatía y el aburrimiento o que otras prioridades siempre están antes que la pareja, hay que pararse un poco y reflexionar. ¿Por qué le doy espacio a todo menos a la otra persona?

En la vida desempeñamos muchos roles: padres, madres, trabajadores, hijos, hijas, amigos, amigas y también el de pareja. Un buen consejo es revisar de vez en cuando las prioridades y recomponer el puzzle, para volver a tener claro en la cabeza lo que es importante y lo que no. Tampoco hay que quedarse esperando a que el otro mueva ficha, ni llevar una cuenta de las acciones.

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Este trabajo para redescrubrir la seducción en pareja es lo que determina generalmente que permanezca el deseo sexual con el paso de los años. Las relaciones sexuales no pueden estar dominadas por el cansancio y la rutina, ni tampoco por la belleza y el atractivo físico, porque todo eso pasa. El envejecimiento y el cambio del físico no son rémoras, porque uno puede sentirse atractivo, bien, a gusto con uno mismo y eso se traduce en ganas de conquistar al otro. Y el método para conseguirlo es físico: el sentido del tacto juega un papel fundamental, hay que tocarse y acariciarse con frecuencia.