Nuestro organismo tiene un reloj interno que se denomina ciclo circadiano, que produce una serie de cambios físicos y mentales que tienen lugar durante las 24 horas de un día y que responden de manera general a los procesos de luz y oscuridad. Eso significa que, en realidad, existen mejores horarios para dormir, comer o hacer determinadas actividades, horarios que se ajustan más a los procesos de nuestro organismo.

Dentro de los mecanismos de este ciclo se encuentra el del sueño-vigilia, que es el más importante y evidente, pero hay más. De hecho, existen otros cuya alteración puede producir un mayor riesgo de sufrir ciertas enfermedades. Otro de nuestros ciclos circadianos tiene que ver con las horas de las comidas y la ciencia dice que cuando se sincronizan las comidas con el reloj biológico del organismo, se logran mejores resultados a la hora de perder peso y disminuir el apetito.

RelojLos horarios en los que hacemos las tareas diarias afectan sensiblemente en nuestro reloj biológico

Recientemente, se ha presentado un estudio en la revista Endocrine Society que concluye que las personas que comienzan a cenar antes de las 8:30 de la tarde, tienen niveles más bajos de azúcar en sangre y menos resistencia a la insulina, lo que podría conllevar a tener un peso más equilibrado y reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

“Las personas que comenzaron a comer más temprano en el día tienen niveles más bajos de azúcar en la sangre y menos resistencia a la insulina, independientemente de si restringieron su ingesta de alimentos a menos de 10 horas al día o si su ingesta de alimentos se extendió a más de 13 horas diarias”, aseguran los investigadores del estudio. En definitiva, que incluso aunque no se haga un ayuno prolongado, cenar antes de esa hora produce muchos beneficios para la salud.

La resistencia a la insulina ocurre cuando, debido a que un organismo presenta altos niveles de glucosa de forma continuada en el torrente sanguíneo, su cuerpo no responde bien a la insulina que produce el páncreas. Las personas con resistencia a la insulina pueden tener un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Tanto la resistencia a la insulina como los niveles altos de azúcar en sangre afectan el metabolismo de una persona, la descomposición de los alimentos en sus componentes más simples: proteínas, carbohidratos (o azúcares) y grasas. Los trastornos metabólicos como la diabetes se producen cuando estos procesos normales se interrumpen.

Estudios anteriores han encontrado que la alimentación con restricción de tiempo, entre la que se encuentra el ayuno intermitente que consolida la alimentación en un período de tiempo más corto cada día, ha demostrado consistentemente una mejora en la salud metabólica Pero ahora querían comprobar si simplemente con comer más temprano se producían beneficios.

El estudio

Los investigadores analizaron datos de 10.575 adultos y dividieron a los participantes en tres grupos según la duración total de la ingesta de alimentos: menos de 10 horas, 10-13 horas y más de 13 horas por día. Luego crearon seis subgrupos basados ​​en la hora de inicio de la duración de la alimentación (antes o después de las 8:30 de la tarde).

Comiendo pizzaEl estudio ha revelado la ventaja para la salud de cenar antes de las ocho y media de la tarde

Analizaron estos datos para determinar si la duración y el momento de la ingesta estaban asociados con los niveles de azúcar en sangre en ayunas y la resistencia a la insulina estimada. Los niveles de azúcar en sangre en ayunas no difirieron significativamente entre los grupos de intervalos de alimentación. La resistencia a la insulina fue mayor con una duración de intervalo de alimentación más corta, pero menor en todos los grupos con una hora de inicio de la alimentación antes de las 8:30 de la tarde.