La corrupción es un mal endémico que afecta a diferentes ámbitos de nuestra vida, y no sólo el político. Hace escasos días, la prestigiosa publicación The Lancet dio a conocer un controvertido artículo que llevaba por título ‘Corrupción en la Salud Global: Un secreto a voces’.

La autora del texto es una doctora, Patricia García, investigadora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y exministra de Salud. Es importante saber que, según Transparencia Internacional, dos de cada tres países en el mundo sufren las consecuencias de la corrupción en el ámbito de la salud y más de 140.000 niños mueren anualmente a consecuencia de esta. Sin embargo, la tesis del artículo es que es un tema tabú del que apenas se habla.

Hospital

Según explica la doctora García, las tres claves que determinan un sistema corrupto en este ámbito son el monopolio de los servicios, la facilidad del manejo de estos, y el hecho de no tener que ofrecer justificaciones.

Las consecuencias son la disminución en el acceso del público a la salud, la violación de derechos básicos de miles de personas y la debilidad de los sistemas nacionales de salud al quebrarse los principios básicos de equidad, calidad, sensibilidad, eficiencia y resultados óptimos. Y no solo eso. También disminuye la moral de los trabajadores y los desmotiva.

En el artículo, la doctora habla de una serie de factores que forman parte de este sistema corrupto que afecta a tantos países en el mundo. En primer lugar, el absentismo laboral, que afecta hasta el 50% de los empleados. Otro gran problema son los sobornos, que se realizan a los empleados para obtener beneficios en la atención médica, para facilitar un servicio en concreto o para no esperar demasiado. También señala la malversación de fondos y robo de dinero, medicinas y equipos, un problema grave que está provocando que muchos de los productos que más se necesitan en países desfavorecidos en realidad acaben en el mercado negro.

También señala la manipulación de los datos, que provoca que funcionarios de los sistemas nacionales de salud y profesionales independientes modifiquen los datos de sus estudios para conseguir a cambio más subvenciones o pagos directamente de otras compañías. Este hecho genera una grandísima desconfianza en lo que a los resultados de los estudios se refiere.

Doctores

La corrupción en la prestación de servicios mediante, por ejemplo, la prescripción de tratamientos innecesarios para que determinadas compañías se enriquezcan o el desvío de pacientes del sector público al privado, son también casos habituales. En cuanto a la solución, la doctora recoge dos teorías: una que consiste en fortalecer las instituciones y otra que se centra en cambiar a las personas. Pero afirma que a pesar de que ambas cuestiones son completamente necesarias para abordar este asunto tan trascendente, sin embargo, nadie parece estar dispuesto a acabar con una situación que provoca miles de fallecimientos anuales por su causa.