La batalla para plantear el desconfinamiento a partir de nueve regiones sanitarias -es decir, las siete en que está dividido el territorio y con Barcelona en tres ámbitos- no es la única a que ha tenido que hacer frente el Govern en su aterrizaje a la fase 0 del desconfinamiento. Los PCR pendientes, los tests rápidos, las pruebas para los Mossos o la falta de regulación en Catalunya sobre la realización de test en laboratorios privados han levantado una intensa bruma en esta primera jornada del periplo hacia la llamada "nueva normalidad".

Según ha publicado el BOE, este miércoles, antes de las 14 horas, la conselleria tendrá que hacer la propuesta sobre qué partes del territorio pueden pasar a la fase 1 a partir del próximo lunes, y Vergés ha sentenciado en la rueda de prensa diaria del Govern que hará la propuesta a partir de regiones sanitarias y no de provincias. Minutos antes, el responsable del Centro de Alertas Sanitarias, Fernando Simón, ya había dejado claro que no veía porque no se tenía que utilizar esta estructuración territorial si Catalunya así lo pedía, pero desde el ministerio se insistia en que no hay ningún acuerdo al respecto.

Lo que no ha concretado la consellera es qué áreas defenderá que entren en la fase 1 del desconfinamiento el lunes y cuales tendrán que esperar. Eso sí, ha admitido la dificultad que representa este paso para las zonas más densamente pobladas como Barcelona y el área metropolitana. Más directo ha sido a primera hora de la mañana en Catalunya Radio el jefe de epidemiología del Hospital Clínico, Antoni Trilla, que ha asegurado que Madrid y Barcelona irán a la cola en la entrada a la fase 1.

Con todo, mientras en Catalunya a penas el 35% de comercios levantaban la persiana y el gremio de restauración anunciaba que agonizan la mitad de los restaurantes, las polémicas sobre los test han protagonizado buena parte de la la jornada.

Test pendientes

De buena mañana, TV3 aseguraba que la Generalitat sólo ha podido hacer 32 pruebas PCR de las 170.000 que el 7 de abril aseguró que haría en un cribado masivo de seis semanas. Se trata del llamado programa Orfeo que, según la consellera de Salut, finalmente se pondrá en marcha este lunes, una vez superadas las comprobaciones de calidad y preparados y distribuidos los materiales.

No ha sido esta la única polémica. El Govern todavía no había regulado, tal y como establece el decreto del estado de alarma, la realización de pruebas del Covid-19 en centros privados y se ha constatado la existencia de centros que los ofrecían a 140 euros. Vergés ha tenido que anunciar que este mismo lunes firmaría una resolución obligando a los centros privados a pedir autorización, a parte de poner sus laboratorios a disposición del Govern.

Estas informaciones se han publicado al día siguiente que el Gobierno español asegurara que de los 581.325 test rápidos que se han hecho en España, en Catalunya se han hecho 9.857, en Madrid 54.411 y en Andalucía 119.466. Desde el Govern se asegura de que han sido 17.000 test rápidos, aún muy por detrás de otras comunidades, y atribuyen la diferencia a que se consideran pruebas poco fiables. Por el contrario de PCR se han hecho más de 300.000, argumentan.

Estas explicaciones no han contentado al PSC que ya ha presentado una batería de preguntas en el Parlament para abordar todos los frentes relativos a los test: ¿por qué se han hecho tan pocos test rápidos? ¿cuántos tests rápidos han llegado a Catalunya desde el Ministerio? ¿cómo es posibles que se sigan haciendo test en laboratorios privados?... La creciente presión de los socialistas catalanes en la Cámara catalana se produce al mismo tiempo que en Madrid, el gobierno de Pedro Sánchez batalla para conseguir apoyos a la prórroga del estado de alarma y ERC ha asegurado que, al igual que ha anunciado JxCat, votará en contra.

Fichar rastreadores

En medio de todo ello, el Govern se preparar para evitar que el levantamiento gradual del confinamiento no provoque un rebrote de la enfermedad. El objetivo, a partir de ahora, es no sólo detectar los nuevos infectados sino rastrear todos los contactos que hayan tenido y los lugares donde ha ido para poder identificar posibles contagios, ponerlos en aislamiento y hacer seguimiento para comprobar si desarrollan la enfermedad. "Hay que identificar bien a las personas que se han de quedar en casa para que el resto pueda normalizar su vida", ha explciado Vergés.

La conselleria prepara una herramienta para hacer el seguimiento, pero además ha anunciado que incorporará a unas 200 personas que se encargaran de seguir el rastro de los nuevos contagiados. "No nos podemos plantear un desconfinamiento sin estos refuerzos también en el sistema de vigilancia epidemiológica", ha asegurado.

Tampoco ha descartado la utilización del móvil y el rastreo por bluetooth, como se había apuntado en el informe de desconfinamiento que el epidemiólogo Oriol Mitjà elaboró para el Govern.