A partir de los 40 años, la mitad de la población comienza a presentar síntomas de presbicia o vista cansada, un proceso degenerativo que se produce debido al envejecimiento del cristalino, la parte del ojo que nos permite enfocar los objetos.

Cuando el cristalino pierde flexibilidad, no se modula de la misma forma y pierde capacidad, lo que empeora la calidad de la visión. Es un proceso natural, inevitable, que afecta a la mayor parte de las personas aunque no con la misma intensidad. Pero aunque es inevitable en el sentido de que es imposible que cualquier órgano del cuerpo deje de envejecer de modo natural, se pueden tomar medidas para retrasar su aparición. De todas formas, es recomendable acudir a un optometrista que confirme la presencia de la presbicia y descarte otro tipo de defectos oculares.

Gafas cerca

Uno de los primeros signos de que está apareciendo la presbicia es el de tener que sostener lo que se está leyendo a una mayor distancia del brazo para poder distinguirlo bien. Esta dificultad también se produce a la hora de escribir, de coser o de cualquier otra actividad que se realice con la vista a una distancia corta. La aparición de dolores de cabeza o la sensación de fatiga visual, enrojecimiento ocular o picor son otros síntomas claros de la presbicia. Suele presentarse generalmente a partir de los 40 y a los 50, casi la totalidad de la población ya tiene síntomas permanentes de vista cansada.

Cómo mejorar los síntomas de la vista cansada

Es importante saber que la presbicia no se puede prevenir, porque es un proceso fisiológico natural. Pero otra cuestión es intentar mejorar sus síntomas, sobre todo al principio. En este sentido sí que se pueden adoptar una serie de medidas de higiene visual que no son complicadas y pueden ayudar.

En primer lugar, en lo que se refiere al uso de las nuevas tecnologías. Pasar menos tiempo si es posible frente a pantallas o móviles, reducir el brillo de los mismos sobre todo a oscuras, mantener un tamaño de letra adecuado que no provoque que las personas tengan que hacer grandes esfuerzos para leer, no tener las pantallas demasiado cerca y descansar cada 20 minutos aproximadamente.

Gafas

También es importante mantener una buena iluminación cuando se realizan actividades como leer un libro, escribir, o cualquier otra tarea que exija un esfuerzo visual de cerca. El tratar de limpiar los ojos, mantenerlos bien hidratados –si hace falta con unas gotas de suero– y tener una dieta que cubra las necesidades de alimentación y vitaminas son también hábitos importantes para mejorar la vista cansada.

En cuanto al tratamiento oftalmológico, lo primero que hay que hacer es acudir al especialista que prescriba unas lentes adecuadas para cada persona, que deben mantenerse para realizar las actividades antes descritas. Es importante también utilizar gafas para el sol de buena calidad, porque unas gafas que no sean adecuadas pueden provocar daños a la vista. Y, por supuesto, realizar las revisiones de forma periódica, por lo menos una vez al año.