Dos de las disfunciones más frecuentes que afectan a los hombres además de la falta de deseo sexual son la eyaculación precoz y disfunción eréctil o impotencia. Las dos pueden tener diferentes orígenes: orgánicos, psicológicos o una combinación de ambas y con mayor frecuencia aparecen a partir de los 40 años, a veces de forma temporal y otras permanente.

La primera de ellas, la eyaculación precoz se produce cuando el hombre es incapaz de controlar su reflejo eyaculatorio y este se produce antes de la penetración o justamente después. Puede aparecer a cualquier edad y se suelen distinguir dos tipos: la primaria, cuando se ha producido desde siempre y no es achacable a ninguna circunstancia en concreto y la secundaria, que se produce en un momento determinado o por una causa en concreto.

Los datos son esperanzadores, porque con una terapia sexual adecuada de entre tres y seis meses se calcula que el 95% de los afectados la corrigen. Cada vez es un tabú más asumido y son más los hombres que acuden a un especialista, pero todavía hay un porcentaje de la población que convive con ella durante mucho tiempo intentado poner remedio de una forma inadecuada, como por ejemplo mantener varios coitos seguidos, con el objetivo de que el segundo o el tercero se retarde un poco máso o utilizar métodos de distracción durante la relación sexual para reducir el grado de excitación.

Pastillas de viagra

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Pero con este tipo de intentos, los resultados suelen ser negativos, porque aumentan la tensión y la ansiedad en la relación sexual. Por eso es siempre aconsejable realizar una terapia con un profesional adecuado. Sobre todo porque en la mayor parte de las ocasiones la eyaculación precoz tiene en su origen una causa psicológica: una inseguridad incontrolada, ansiedad, problemas de pareja o falta de hábito.

Son menos las ocasiones en las que se produce por un problema prostático, neurológico, una alteración vascular, un desequilibrio hormonal o el consumo de algunos medicamentos. Para solucionarlo, es necesario hacer una historia clínica individualizada y adecuar el tratamiento a cada persona, pero en buena parte de los casos con una serie de  ejercicios sencillos encaminados a reaprender a reconocer las sensaciones que va experimentando durante la excitación sexual, controlar la respiración y la relajación y ejercitar los músculos de la zona pélvica se obtienen resultados muy buenos. En otro tipo de pacientes, es necesario prescribir una medicación adecuada, que también tiene efectos positivos.

Por otra parte, la impotencia o disfunción eréctil se produce cuando el hombre es incapaz de alcanzar una erección adecuada para mantener una penetración. Suele ser más frecuente a partir de los 45-50 años, pero también puede darse en hombres jóvenes. Se puede dar por causas orgánicas, como enfermedades vasculares, neurológicas, hormonales o la aparición de patologías como la arterioesclerosis, diabetes, traumatismos en la zona pélvica, alzheimer, parkinson o ciertos tipos de tumores. Las causas psicológicas tienen que ver generalmente con la ansiedad, el estrés, los conflictos con la pareja, traumas sexuales o depresión.

Disfunción eréctilDisfunción eréctil

En estos casos, se suele recurrir a apoyo farmacológico tipo viagra, pero necesita una valoración médica para saber que está adecuadamente indicado. La aparición de este tipo de fármacos alimenta en las parejas la idea de la solución mágica,  una pastilla que puede en definitiva lograr un milagro. Sin embargo, sin un trabajo de fondo que aborde las razones escondidas que provocan la impotencia y sin un adecuado estímulo sexual generalmente el fármaco no responde a las expectativas en él depositadas.

Lo mejor es acudir a una terapia sexológica que enfoque el problema desde una perspectiva más profunda y consiguiendo un efecto más beneficioso a nivel personal y relacional. En estos casos, es necesario también acudir a un especialista que valore el estado de salud del paciente y una vez que se determina, se suele prescribir un tratamiento farmacológico unido a algún tipo de terapia. Los fármacos más empleados son Sildenafil (Viagra), Tadalafilo (Adcirca, Cialis), Vardenafil (Levitra, Staxyn) y Avanafil (Stendra).