Cada vez son más las mujeres que deciden congelar sus óvulos. Una prueba de ello es que en los últimos 5 años ha habido un aumento del 50% en la congelación de óvulos. Así lo constata la unidad de reproducción asistida del Hospital Quirónsalud Barcelona, que constata que ha experimentado este crecimiento. Este número reafirma que cada vez existe una mayor conciencia social de planificar la maternidad, aunque el mayor crecimiento está en el grupo de mujeres de 37-39 años.

Como comenta el doctor Ramón Aurell, director de la unidad, “este dato todavía no es el óptimo ya que la mejor edad para realizar la vitrificación de óvulos está por debajo de los 35 años”. Así, con el objetivo de concienciar a la sociedad, la unidad de reproducción asistida está realizando durante el 2019 una campaña divulgativa de concienciación social para planificar la maternidad.

La campaña consta de una visita médica de asesoramiento y la realización del test de fertilidad, donde se informa a la mujer sobre su reserva ovárica. Hasta el momento más de 150 mujeres preocupadas por su fertilidad han acudido al centro y el 64% de ellas son menores de 35 años. La campaña está teniendo un efecto muy positivo ya que se está observando un descenso en la edad de las mujeres que se preocupan por su fertilidad.  No hay que ser alarmista, pero sí realista, y si el deseo de la mujer es preservar óvulos para planificar su maternidad, la mejor edad para hacerlo es antes de los 35 años, subrayan los expertos.

“La edad cronológica no coincide necesariamente con su edad biológica”

“La edad cronológica de una mujer no coincide necesariamente con su edad biológica. En la primera el factor determinante es el año de nacimiento, mientras que la segunda se valora en función de la reserva ovárica, es decir, el número de óvulos del que dispone”, explica Aurell. En el test de fertilidad se realizan dos pruebas sencillas, como son una analítica de sangre y una ecografía ginecológica.

Con la primera, se determina cuál es el nivel de la hormona antimulleriana (AMH) en sangre, la cual es un indicador muy fiable para conocer el número de óvulos. A mayor nivel de AMH, mayor es también el número de óvulos. Esta analítica se puede realizar en cualquier momento del día y del ciclo menstrual.

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La ecografía ginecológica, en cambio, deberá efectuarse en la primera fase del ciclo menstrual. Gracias a ella es posible realizar un recuento de los folículos antrales. Este valor proporciona información indirecta sobre la reserva ovárica. Cuantos más folículos haya, mejor será la reserva y por tanto mejor pronóstico reproductivo.

La edad influye en la reserva ovárica

Completado el estudio preliminar se informa a la mujer del resultado de las pruebas y de su reserva ovárica, que es un indicador del pronóstico reproductivo de la mujer. Un resultado relevante de la visita de fertilidad es que en el 21% de las mujeres menores de 35 años se han detectado recuentos foliculares bajos y gracias a esta visita informativa podrán tomar decisiones a tiempo sobre su futuro reproductivo.

El principal factor que influye en la reserva ovárica es la edad; la reserva se reduce con el paso de los años además de que la calidad de los óvulos también empeora. Pero no es el único, ya que hay otros factores como cirugías previas del ovario, tratamientos de radioterapia o quimioterapia, endometriosis o antecedentes familiares de menopausia precoz que también pueden influir.

“Conocer este dato puede ser de mucha ayuda para la toma de decisiones relacionadas con la maternidad”, expone Aurell, y señala que que con una simple analítica de sangre y una ecografía ginecológica se puede conocer la reserva ovárica de una mujer.