El confinamiento ha sido una medida necesaria para prevenir la expansión del nuevo coronavirus, como han demostrado las cifras. De hecho, en los países en los que no se ha llevado a cabo, por lo general, el número de personas contagiadas se ha disparado. Pero también es cierto que los tres meses encerrados han provocado consecuencias en todos los grupos de población. Entre ellos está el de las personas mayores, en los que han aumentado considerablemente los síntomas psiquiátricos.
Un nuevo estudio publicado en el American Journal of Geriatric Psychiatry, ha relacionado la soledad causada por la Covid-19 en adultos mayores con el aumento de los niveles de ansiedad, depresión y síntomas que se suelen producir inmediatamente después de la exposición a un hecho traumático. La investigación se centró en personas mayores, que fueron los que llevaron un confinamiento más estricto en casi todos los países que tomaron esta medida, debido a que pertenecían al grupo de riesgo más elevado.
En particular, los investigadores encontraron que la forma en la que las personas perciben su vejez fue un factor determinante. De hecho, el efecto de la soledad fue más pronunciado entre los participantes que se sintieron subjetivamente mayores que su edad cronológica que los que se sintieron más jóvenes, que no mostraron tantos síntomas psiquiátricos relacionados con la soledad. Según explican los expertos, esa percepción del propio envejecimiento puede ser más importante para la supervivencia y bienestar que la edad cronológica.
El estudio puede también ayudar a identificar a las personas mayores con alto riesgo de desarrollar síntomas psiquiátricos que no estuvieran previamente identificadas y puede guiar el desarrollo de intervenciones adecuadas destinadas a reducir la percepción de la edad para mitigar el impacto negativo de dicha soledad y crear un factor de protección para prevenir dicho vínculo.
En cuanto a las medidas que se pueden tomar para aliviar estos síntomas y la sensación de soledad, los investigadores recomiendan proporcionar asistencia y comunicación continuas. Conversaciones regulares con miembros de la familia o voluntarios pueden prevenir la aparición de una patología más severa. Al mismo tiempo ayudar a evitar la sensación de que nadie está dispuesto a escuchar su dolor o la tristeza que sienten en un momento tan difícil para todos. En este sentido, permitirles compartir su experiencia les ayuda a sentirse más valiosos.
Para aquellos que enfrentan sentimientos de aburrimiento y vacío, es importante animarles a hacer otro tipo de actividad como leer, escuchar música, resolver crucigramas, cocinar, hacer ejercicio físico (aunque sea mínimo), salir a la calle tomando todo tipo de precauciones y otras actividades de ocio pueden hacer cambiar la rutina normal y monótona. El hecho de mejorar su estado de ánimo puede tener efectos muy beneficiosos también sobre su salud a todos los niveles, como demuestra la ciencia.