La acumulación de colesterol malo en las arterias es uno de los factores de riesgos más importantes asociados a las enfermedades cardiovasculares. Pero en los últimos años también se ha comprobado que el colesterol fabricado en el cerebro parece jugar un papel clave en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

En una nueva investigación llevada a cabo por expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia demostraron que el colesterol producido por células llamadas astrocitos es necesario para controlar la producción de beta amiloide, una proteína que se acumula en el cerebro de los pacientes con Alzheimer. La proteína se acumula en placas insolubles y hasta ahora no se ha conseguido eliminarlas o prevenirlas para tratar o prevenir el Alzheimer.

La nueva investigación ofrece importante información acerca de cómo y por qué se forman las placas y pueden explicar por qué los genes asociados con el colesterol se han relacionado con un mayor riesgo de Alzheimer.

“Este estudio nos ayuda a comprender por qué los genes relacionados con el colesterol son tan importantes para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer”, asegura la investigadora Heather A. Ferris, de la División de Endocrinología y Metabolismo de la Universidad de Virginia. “Nuestros datos apuntan a la importancia de centrarse en la producción de colesterol en los astrocitos y el transporte a las neuronas como una forma de reducir la beta amiloide y evitar que se formen placas”.

Neurona Alzheimer

El cuerpo produce colesterol de forma natural para que pueda producir hormonas y realizar otras funciones importantes. El nuevo descubrimiento otorga más responsabilidades al colesterol y arroja luz sobre el papel de los astrocitos en la enfermedad de Alzheimer. Los científicos ya saben que estas células cerebrales comunes sufren cambios dramáticos en la enfermedad de Alzheimer, pero no se sabía si las células padecían la enfermedad o contribuían a ella. Los nuevos resultados sugieren esto último.

Los científicos han descubierto que los astrocitos ayudan a impulsar la progresión de la enfermedad de Alzheimer al producir y distribuir colesterol a las neuronas. Esta acumulación de colesterol aumenta la producción de beta amiloide y, a su vez, estimula la acumulación de placa.

Normalmente, el colesterol se mantiene bastante bajo en las neuronas, lo que limita la acumulación de beta amiloide. Pero en el Alzheimer, las neuronas pierden su capacidad para regular la beta amiloide, lo que resulta en la formación de placa.

El bloqueo de la producción de colesterol de los astrocitos disminuyó enérgicamente la producción de beta amiloide en ratones de laboratorio. Es demasiado pronto para decir si esto podría imitarse en las personas para prevenir la formación de placa, pero los investigadores creen que es probable que más investigaciones arrojen información importante que beneficiará la batalla contra el Alzheimer.