Son muchos los expertos que están señalando que una de las posibles consecuencias del confinamiento es que las personas tengan cada vez más apego a quedarse en casa y socializar lo menos posible. No es algo nuevo, es una tendencia que fue acuñada en los años 80 por Faith Popcorn, una consultora de marketing y publicidad que detectó un cambio profundo en la forma en que las personas vivían sus vidas. Los excesos de la noche de los años anteriores estaban dando paso a una forma de vida más tranquila, en la que quedarse en casa viendo una película a través de la televisión por cable se había convertido en un plan perfecto.

En los últimos tiempos y con la extensión del uso de Internet, esta tendencia se ha acrecentado, como lo demuestra el aumento de negocios como la venta online o la comida preparada para llevar casa. El teletrabajo también está permitiendo que cada vez más personas puedan realizar sus labores diarias desde el hogar.

Ordenador cama

El término adquirió tal popularidad que hasta Faith Popcorn se convirtió en asesora de muchas empresas sobre cómo aprovechar esta tendencia, colaborando con IBM en la PS1, la primera computadora en el hogar y ayudando a una empresa hotelera de primer nivel a comprender la necesidad de un alojamiento inteligente que imitara las sensaciones que se viven en en casa. También colaboró en el  desarrollo de las comidas a domicilio, desarrolló un posicionamiento de marca basado en el hogar y la familia y una larga lista de encargos y colaboración que pusieron de manifiesto el interés por el cocooning.

El cocooning ha impulsado cambios culturales, reforzando el deseo de seguridad, comodidad y privacidad, sobre todo ante amenazas como la incertidumbre política y social y, ahora más recientemente, la aparición de una pandemia como la del coronavirus. De hecho, el confinamiento ha acelerado sin duda este proceso. La consultora Nielsen publicó un análisis en el que concluyó que la vuelta a la normalidad intensificará la preocupación por determinadas circunstancias como el control del gasto y una mayor preocupación por la seguridad y la trazabilidad.

En lo que tiene que ver con lo emocional y social se observará un comprador frágil y vulnerable, que buscará en lo cercano y en la proximidad garantías y refugio. Y refugio es sinónimo del hogar, intensificando la tendencia del cocooning, pasando más tiempo en casa, más conectado  y manteniendo las distancias.

Sentado

Las ventas online seguirán su crecimiento espectacular. En la crisis sanitaria, su aumento es del 86,6%. En la última semana analizada, entre el 20 y el 26 de abril, el incremento frente a la semana del año anterior fue del 149%. Y en lo que se refiere al consumo de televisión online, el aumento es también muy considerable. Netflix, por ejemplo, ha experimentado el crecimiento más elevado de su historia, duplicando las ganancias. Y lo mismo ocurre con otras plataformas de streaming, que han visto cómo el número de usuarios crece sin parar. Y las predicciones de futuro dicen que, una vez pasado el confinamiento, estas tendencias se consolidarán.