Tus ojos pueden ser importantes a la hora de detectar diferentes enfermedades. Por ejemplo, la degeneración macular, que se manifiesta cuando la visión central y la aguda se van destruyendo gradualmente e imposibilita captar los detalles, puede ser un predictor de Alzheimer, al igual que sucede con un grupo de neuronas en la pupila. La aparición de una mancha o lunar en la retina, no de forma habitual, pero podría detectar un carcinoma de pulmón y, asimismo, existen algunos tipos de linfoma que se reflejan en el fondo de ojo.

Las pequeñas hemorragias en la retina y los exudados (una sustancia amarilla en el fondo de ojo) puede ser indicativo de diabetes. Si la córnea adquiere un color marrón-verdoso, la persona puede estar sufriendo alguna enfermedad hepática. Cuando los ojos se abren más y se hinchan los párpados (ojo de pez) se puede estar produciendo algún problema en el tiroides, y una crisis de estrés se puede manifestar como un tic o temblor en los ojos. Se han identificado también vínculos entre los cambios en el ojo y la hipertensión en adultos, así como cambios en la retina y la presión arterial alta en el caso de los niños.

Ojos luz

Ahora, la revista American Heart Association ha publicado un nuevo estudio en el que un equipo de expertos de la Universidad St. George de Londres ha demostrado que los pequeños vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo se ven afectados por la rigidez de las arterias y el aumento de la presión arterial, o lo que es lo mismo, se produce un indicio del aumento de la probabilidad de sufrir un accidente cardiovascular.

El estudio

En la investigación se han analizado los datos de casi 55.000 personas mayores o de mediana edad que habían participado en el estudio Biobank del Reino Unido. En total, se examinaron 3,5 millones de secciones de vasos sanguíneos mediante un programa automatizado, proporcionando al equipo médico mediciones relacionadas con el diámetro y la curvatura de los vasos sanguíneos.

En el análisis se descubrió la relación entre una mayor curvatura de las arterias retinianas y una presión arterial más alta. También comprobaron que existía  relación entre una mayor rigidez en las paredes arteriales, una presión arterial media más alta y un estrechamiento de los vasos sanguíneos de la retina.  Ninguno  de estos efectos retinianos afecta la visión de una persona, pero sí que alertan de la posibilidad de padecer una enfermedad cardiovascular.

Ojo marrón

Ahora, el equipo médico pretende vincular las mediciones de los vasos retinianos del pasado con lo que les sucede a estas personas años después, lo que confirmará con datos exactos si estos cambios en los vasos se produjeron antes de la enfermedad cardiovascular y, por lo tanto, predecirán las posibilidades que tienen estas personas de sufrir un patología de estas características una década después.

Si los resultados se confirman, a la lista de factores de riesgo de una persona a la hora de sufrir una enfermedad cardiovascular que ya existe, como la edad, el sexo, los niveles de colesterol en la sangre, la hipertensión o el sobrepeso, se añadirá también el estado del ojo. Teniendo en cuenta que este tipo de enfermedades suponen la principal causa de muerte en todo el mundo, sin duda es un paso adelante en el campo de la prevención.