Un equipo de expertos del Instituto Tecnolológico de Massachussets (MIT) ha publicado un estudio en el que explica cómo se enfrenta nuestro cerebro a las decisiones complejas. El estudio se basa en la siguiente premisa. Cuando el resultado favorable de una decisión que tenemos que tomar es claro, no hay complejidad. Pero, ¿qué ocurre cuando no es posible averiguar las posibilidades de fracaso o de éxito? ¿Y cómo reaccionamos cuando nos damos cuenta de que la decisión que hemos tomado no ha sido la adecuada?

Este grupo de investigadores ha descubierto que, en estos casos, el cerebro realiza dos cálculos en la corteza frontal. En el primero de los cálculos, la decisión se divide en pasos que comprenden pequeñas decisiones y nuestro cerebro calcula la confianza que le ofrece el resultado de cada decisión para determinar la causa más probable de error. En el segundo, cuando no es fácil discernir el resultado, el cerebro busca otra serie de recursos para generar más confianza.
Para llevar a cabo la investigación, el equipo del MIT realizó un experimento con animales en el que encontraron los mecanismos neuronales que apoyan el razonamiento jerárquico y que permiten deducir cómo el cerebro mide el grado de confianza que le ofrece cada paso del proceso de la decisión que debe tomar. De esta forma, pudieron identificar dos regiones que son clave para la toma de decisiones jerárquica: la corteza cingulada anterior (ACC) y la corteza frontal dorsomedial (DMFC), que tienen un papel fundamental en este proceso.

Con este estudio, queda demostrado que las personas, cuando tomamos decisiones, procesamos la información jerárquicamente. Cuando se produce este mecanismo y se presenta una ambigüedad, la resolvemos evaluando la confianza de cada paso después de haber realizado uno o más intentos.

Lo interesante de esta investigación es que, hasta ahora, los estudios sobre la toma de decisiones se habían centrado en tareas relativamente simples. Por ejemplo, en cómo nuestro cerebro toma una decisión rápida al evaluar una circunstancia momentánea. O cómo el cerebro elige entre las múltiples opciones al basarse en resultados anteriores en múltiples ensayos. Pero, según los expertos, “estas evidencias son la punta del iceberg de lo que hacen los humanos cuando toman decisiones”.

El Instituto Técnológico de Massachussets es un centro líder en el mundo en estudios acerca de cómo funciona el cerebro, que en los últimos años se han intensificado con el objetivo de aplicarlo al desarrollo de la inteligencia artificial. En la medida en la que se conozca cómo funciona nuestro cerebro y cómo tomamos las decisiones, más se avanzará en este tipo de tecnología que en los próximos años determinará nuestro futuro.