Parece una pregunta filosófica, pero es muy pertinente en el mundo digital en el que vivimos inmersos. Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos, en la Universidad de Ohio, y publicado en la revista Journal of Experimental Psychology: Human Perception and Performance analiza cómo las distracciones –como por ejemplo, mirar el móvil varias veces al día– pueden cambiar las percepciones de las personas sobre lo que es real.

Pero no solamente es que interrumpan la concentración, sino que también distorsionan la forma en que recibimos la información a través de nuestros sentidos. O lo que es lo mismo, aunque suene a ciencia ficción: después de la distracción, una persona puede creer una realidad diferente a la que realmente ha experimentado, sintiendo una gran certeza al respecto, o simplemente no darse cuenta de que la realidad se ha transformado.

Niño

Los investigadores están analizando si esto podría afectar a los recuerdos, debido a cómo influyen las distracciones en la percepción visual. Hasta ahora se han realizado diferentes estudios sobre la distracción en la era digital en lo que se refiere al tiempo y la precisión, pero no respecto a si esto puede cambiar.

El estudio

Un ejemplo: ¿qué ocurre cuando una persona que está mirando un color recibe una distracción y deja de fijar su atención? Para realizar el estudio, se dispusieron en una pantalla cuatro cuadrados de colores. Los expertos pidieron a las 26 personas que participaron en la investigación que se concentraran en un cuadrado de un color. Mientras lo hacían, en ocasiones un color brillante se iluminaba brevemente alrededor de otro cuadrado para distraerles.

A continuación, les mostraron una rueda de colores de múltiples colores y les pidieron que resaltaran el rango de color más cercano al cuadrado que habían elegido anteriormente. Los resultados mostraron que las personas seleccionaron el color de distracción en lugar del que habían elegido ellos antes. Es decir, que la distracción les había cambiado la percepción visual que habían realizado anteriormente. Y cuantos más colores se les enseñaba en la segunda ronda, más posibilidades de confusión tenían.

Según los investigadores, este estudio demuestra que las distracciones mediante estímulos que se reciben diariamente, tanto niños como adultos en lugares de trabajo, escuelas y en casa, a través de dispositivos electrónicos, pueden  alterar la vida real mucho más de lo que pensamos. El ejemplo más claro de cómo puede afectar negativamente al día a día de una persona es utilizar teléfonos móviles mientras conducimos. No solo nos distraen, es que nos pueden hacer perder capacidad de percepción en un momento en el que tenemos que tener todos nuestros sentidos puestos en lo que estamos haciendo. 

Mirando móvil

Pero también, el estudio plantea cuestiones inquietantes sobre la memoria. ¿Podría una distracción del momento convertirse en parte de un recuerdo, a modo de memoria defectuosa? Los expertos creen que sí, que como para recordar algo primero tenemos que percibirlo y experimentarlo, lo normal es que la memoria también esté siendo afectada y que, por lo tanto, conservemos errores con la percepción de que pueden ser la realidad. ¿Las implicaciones que tiene esto para el futuro? Todavía es pronto para saberlo, pero en la Universidad de Ohio siguen con el estudio para comprobarlo.