La artrosis es una de las enfermedades más comunes en nuestra sociedad. Según la Organización Mundial de la Salud, para el 2020, más de 579 millones de personas en el mundo la padecerán. Los primeros síntomas suelen aparecer a partir de los 40 y a los 60 la presenta aproximadamente el 50% de la población.

Se produce debido al desgaste del cartílago de las articulaciones y las zonas más comunes donde aparece son las rodillas, las caderas, la parte baja de la espalda, el cuello, las pequeñas articulaciones de los dedos y el dedo gordo del pie. Puede resultar extremadamente dolorosa e incapacitante para muchas personas.

La artrosis puede resultar extremadamente dolorosa e incapacitante para muchas personas

Las causas, además de la edad, pueden ser la herencia genética, el sobrepeso, la toma de determinados fármacos o el uso de un calzado inadecuado. No existe un tratamiento para hacerla desaparecer, pero sí recomendaciones que pueden ayudar a controlar su progresión. En este sentido, el ejercicio puede resultar tremendamente beneficioso, pero también es importante tener en cuenta el tipo de calzado que debe usarse. Elegir el adecuado puede prevenir su aparición y mejorar su sintomatología.

La elección del calzado

En primer lugar, lo más adecuado es acudir a un podólogo para obtener la mayor y mejor información posible acerca de los pies, la pisada y el tipo de calzado que nos conviene. Además, en el caso de padecer artrosis, el especialista puede recomendar el empleo de prótesis especiales.

Del mismo modo, es mejor acudir a una tienda con profesionales especializados. Una vez en la tienda, como consejos generales, se deben elegir unas zapatillas deportivas bien acolchadas para prevenir las sacudidas que el ejercicio produce en las rodillas y tobillos al caminar o correr. De esta forma el impacto quedará más amortiguado y se reducirá la tensión, sobre todo en el caso de que se transite por vías asfaltadas.

Las plantas deben ser firmes para evitar que los pies se muevan demasiado hacia adentro y la piernas y las rodillas inferiores queden rotadas cada vez que se pone el pie en el suelo. Este movimiento, si se repite con frecuencia, produce un gran desgaste en las articulaciones y es una de las causas que puede adelantar o empeorar los síntomas de la artrosis. Asimismo, el calzado debe tener marcado el arco plantar de tal manera que se ajuste al puente de cada persona. La falta de este arco puede causar mucha incomodidad a la hora de hacer ejercicio. Además, ayuda a distribuir el peso de manera uniforme, mejorando el equilibrio y proporcionan una mayor absorción de los impactos.

Es importante también adquirir unas zapatillas con uno o dos números más del que corresponde, para permitir una mayor libertad del movimiento, aunque sin que el talón se salga cada vez que se de un paso. Hay que asegurarse que sean los suficientemente anchas para mover los dedos. Es aconsejable optar por zapatillas con cordones, porque permiten un ajuste mejor y más adaptado a la particularidad del pie de cada persona. Asimismo, reducen el movimiento desigual de los pies y reducen el impacto en los pies y las rodillas, así como la presión en la parte externa del pie.