Un ataque de pánico se produce cuando a una persona le invade una intensa oleada de miedo, que desencadena una serie de síntomas similares a los experimentados cuando se enfrenta a una amenaza. Los síntomas más habituales son una sensación acusada de fatalidad, sudoración o escalofríos, palpitaciones, dificultad al respirar, dolor de cabeza y opresión en el pecho. Pero, a diferencia de una situación de miedo típica, no existe una amenaza real en ese momento.

Los desencadenantes de ataques de pánico no siempre son fáciles de identificar, por lo que las personas que tienen un ataque a menudo se preocupan por el ataque en sí, más que otra cosa. De hecho, algunas personas creen que están experimentando un ataque cardíaco u otro problema de salud.

Joven pánicoNo es infrecuente que quien está sufriendo un ataque de pánico lo confunda con otros padecimientos de salud

Para las personas que están alrededor, el primer consejo es mantener la calma. Los ataques de pánico generalmente no duran mucho, entre 5 y 10 minutos y, aunque la persona pueda sentirse aterrorizada, no ocurre nada peligroso y hay que tratar de hablarle con voz calmada, recordándoles que el ataque no durará mucho y que no sucede nada malo.

La respuesta al estrés de luchar o huir puede afectar la capacidad de pensar y comportarse de manera lógica, por lo que hay que tener en cuenta que puede no estar sintiendo las palabras que dice o los comportamientos que lleve a cabo.

Es importante recordarles que pueden salir del lugar donde estén, que tienen que intentar respirar más pausadamente o introducirles en una conversación más ligera en el caso de que quieran seguir hablando. Se les puede decir que no hay nada que temer, aunque seguramente las personas que lo sufren sean perfectamente conscientes de que no existe una amenaza real. Por eso, más que nada, hay que proporcionar calma en la medida de lo posible. Y, tratar de conectarles con la realidad. Darles una mano, tocarles, animarles a moverse o cambiar de lugar, puede ser de gran ayuda.

Se debe evitar confundir el ataque de pánico con el de ansiedad, porque no es lo mismo. Por eso, cuando una persona lo sufre puede sentirse avergonzada, actitud que hay que tener en cuenta para no hacerle ver que son ridículas sus actitudes. Cuando termine, puede sentirse completamente exhausto debido a la tensión que sufre cuando lo está experimentando.

Mujer pánicoHay que tener cuidado y no poner en ridículo a la persona que pueda estar padeciendo un ataque de pánico

Por eso lo mejor es dejarle que exprese sus sentimientos sin juzgarle, hacerle ver que no pasa nada y que entiendes lo que le está ocurriendo y no se le debe dejar solo, simplemente como mucho dejarle espacio si lo pide. Y cuando termine, ayudarle a tranquilizarse y animarle a acudir a un especialista si no lo ha hecho ya. Porque los ataques de pánico se pueden tratar encontrando la causa que los provoca, que no siempre está muy clara.