Se calcula que alrededor del 25% de la población tiene problemas de insomnio de forma regular. Y más del 60% en algún momento de sus vidas. Es una de las patologías más comunes y pueden empeorar notablemente la vida de las personas que lo sufren.

Más allá de los tratamientos farmacológicos, existen una serie de consejos que pueden ayudar a conciliar mejor el sueño por las noches: adquirir una rutina antes de ir a la cama, practicar ejercicios relajantes o evitar las pantallas. Un nuevo estudio llevado a cabo en el Instituto Karolinska de Estocolmo y publicado en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine concluye que las mantas con peso, pueden ser una alternativa segura y eficaz en el tratamiento del insomnio.

Mujer cubierta con una manta

La investigación

El estudio involucró a 120 adultos (68% mujeres, 32% hombres) previamente diagnosticados con insomnio clínico y un trastorno psiquiátrico concurrente: trastorno depresivo mayor, trastorno bipolar, trastorno por déficit de atención con hiperactividad o trastorno de ansiedad generalizada. Tenían una edad media de unos 40 años. Se les asignó al azar una manta con un peso de ocho kilos, otra de seis kilos y una manta normal de 1,5 kilos para dormir durante cuatro semanas.

El cambio en la gravedad del insomnio se evaluó mediante una actigrafía de muñeca que se utilizó para estimar los niveles de sueño y actividad diurna. Casi el 60% de los usuarios de la manta más pesada más tuvo una respuesta positiva con una disminución del 50% en su puntuación de la gravedad del insomnio después de cuatro semanas, en comparación con el 5,4% del grupo de la manta normal.

Después del estudio inicial de cuatro semanas, todos los participantes tuvieron la opción de usar la manta con peso durante una fase de seguimiento de 12 meses. Probaron cuatro mantas de peso diferente: dos mantas de cadena (6 kilogramos y 8 kilogramos) y dos mantas de bolas (6,5 kilogramos y 7 kilogramos). Después de la prueba, se les permitió elegir libremente la manta que preferían, y la mayoría eligió una manta más pesada. Solo un participante interrumpió el estudio debido a sentimientos de ansiedad al usar la manta. Los participantes que cambiaron de la manta normal a una manta con peso experimentaron un efecto similar al de los pacientes que usaron la manta con peso inicialmente.

Después de 12 meses, el 92% de los usuarios de mantas ponderadas respondieron y el 78% estaban en remisión. Los resultados del estudio apoyan la teoría psicoanalítica del entorno de sujeción, que establece que el tacto es una necesidad básica que proporciona calma y comodidad. Los expertos creen que debe a la hora de tratar el insomnio el impacto de las superficies para dormir y la ropa de cama en la calidad del sueño.

Cama sin hacer

Asimismo, quieren seguir investigando sobre el efecto de las mantas pesadas, porque además de un mejor mantenimiento del sueño, las personas que las utilizaron presentaron un mayor nivel de actividad durante el día y una reducción de los síntomas de fatiga, depresión y ansiedad. Los expertos señalan que existe evidencia que sugiere que la estimulación con presión profunda aumenta la excitación parasimpática del sistema nervioso autónomo y al mismo tiempo reduce la excitación simpática, que se considera la causa del efecto calmante.