El dolor de cabeza es el primer motivo de consulta en las consultas de neurología y uno de los principales en atención primaria. Las personas que lo sufren de forma habitual tienen que enfrentarse a episodios que afectan en gran medida a su calidad de vida, incapacitándoles en algunos casos para poder trabajar y seguir con sus ocupaciones habituales.

Al tener además en ocasiones un fuerte componente emocional –el estrés suele exacerbar estos dolores– este año está aumentando la incidencia en la población. Por eso es importante aprender a conocer qué tipo de dolor se está sufriendo y tener controlado en la medida de lo posible el desarrollo de los mismos.

Hay dos tipos de cefaleas, las primarias o más frecuentes, en las que no se puede identificar un trastorno en concreto que las justifique y las secundarias, en las que, tras un estudio médico, se determina la causa. Generalmente se deben a patologías vasculares como ictus, tumores, traumatismos, hipertensión craneal, alergias e intolerancias alimentarias, trastornos en el cuello, los oídos, la nariz, la boca, los dientes o los senos nasales.

Joven dolor de cabezaLos dolores de cabeza se han incrementado en este año de pandemia

Dentro de las primarias, las más prevalentes, destaca la cefalea tensional que puede estar relacionada con un problema muscular en el cuello y los hombros o debido a una situación de estrés continuado. Normalmente aparece en ataques episódicos, que pueden durar desde unas horas hasta varios días y el dolor tiene una intensidad de leve a moderada y de forma generalizada, es decir, en toda la cabeza. Las personas que la padecen sienten presión en la cabeza y en el cuello y la suelen sufrir en mayor medida las mujeres.  

La migraña, por su parte, afecta aproximadamente a un 12% de la población. Puede tener un origen genético. Se producen con una frecuencia que puede variar entre una vez al mes y una vez al año y puede durar desde varias horas hasta dos o tres días. El dolor suele localizarse en un lado de la cabeza, es pulsátil, de carácter moderado a grave e interfiere notablemente con las actividades diarias. A veces incluso provoca vómitos y náuseas y empeora con el ejercicio, con la tos, los movimientos de cabeza, con la luz y el sonido.

La cefalea en racimos suele prevalecer entre hombres de entre 35 y 40 años y aparece de forma constante, a la misma hora y con los mismos síntomas durante temporadas concretas que pueden durar entre una semana y tres meses una o dos veces al año. Provoca dolores muy agudos de cabeza de corta duración (entre media y una hora generalmente), alrededor del ojo y que producen enrojecimiento facial, caída del párpado, taponamiento nasal, lagrimeo constante y sudoración.

Los expertos han estudiado este tipo de cefaleas primarias y han llegado a diferentes conclusiones. Puede deberse a un trastorno en la regulación de la contracción y dilatación de las arterias extracraneales. También a una disminución del umbral del dolor que podría deberse a la falta de neurotransmisores, y más en concreto de la serotonina. Otros estudios apuntan a que una disminución en los niveles de adrenalina después de un periodo de estrés puede provocar también estos trastornos. Las últimas investigaciones sobre genética apuntan también a que estas cefaleas podrían tener su origen en nuestro ADN.

El hecho es que para controlarlas hay que tener en cuenta diversos aspectos. En primer lugar, la alimentación, porque suele existir relación entre ambas en muchos casos. En este sentido, es importante fijarse en las reacciones que se producen en tu cuerpo después de comer. Existen determinados alimentos que, por lo general, son susceptibles de provocar dolores de cabeza, bien porque tienen una cantidad abundante de determinadas sustancias como las aminas biogénicas (histamina, tiramina, feniletilamina y serotonina) o compuestos fenólicos y aditivos (Glutamato monosódico y aspartamo). Algunos ejemplos son el chocolate, los quesos curados, el café en exceso, las comidas precocinadas, las bebidas con gas o los alimentos muy ricos en azúcares.

Mujer dolor de cabezaEl control de la alimentación es un factor muy importante a la hora de reducir los dolores de cabeza

En cuanto al ejercicio, aunque en ocasiones su práctica puede desencadenar una cefalea, el ejercicio con una intensidad moderada puede ser muy eficaz para prevenir su aparición. En el caso de las cefaleas tensionales, provocadas en muchos casos por el estrés, el deporte es muy adecuado porque incrementa la producción de adrenalina en nuestro cuerpo y puede llegar a evitar la aparición del dolor.

Por último, es importante controlar el estrés, uno de las motivos que pueden desencadenar las cefaleas, pues provoca un estado de tensión muscular que puede desencadenar un ataque. Por eso es bueno practicar diariamente técnicas de relajación.

Y, por último, cuando la cefalea haga su aparición, es importante acudir a un especialista para poder hacer un registro de los episodios si son habituales y prescribir el tratamiento farmacológico si es necesario que mejor se ajuste a cada persona.