No todo el mundo necesita de una alarma para despertarse por la mañana, pero son muchos los que la utilizan para ponerse en marcha y afrontar el día desde que el sonido de la misma interrumpe el sueño. Hoy en día son muchísimas las opciones de las que disponemos para saber que tenemos que cumplir con la obligación de arrancar el día. Desde las distintas alarmas del smartwatch, pasando por los tradicionales radio despertadores y, cómo no, los despertadores analógicos de toda la vida.

Cada uno tenemos nuestro método preferido para ponernos en pie y todos son válidos, pero lo más curioso es que de la elección de uno u otro, depende cómo nos podrá ir a lo largo del día. Según un nuevo estudio de la Universidad Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT) en Melbourne y que ha sido publicado en PLOS One, el tipo de alarma que elijamos nos hará sentirnos más o menos despiertos e influirá en la eficiencia de las tareas que hagamos durante el día.

Despertador digital

Según revelan los autores del trabajo, “si no te despiertas correctamente, tu desempeño laboral puede verse influido negativamente durante un periodo de hasta 4 horas; un hecho que se ha llegado a relaciones incluso con accidentes graves”.

Durante el estudio, los investigadores descubrieron que un despertador con una alarma de pitido repetitivo –que en principio creían que mejoraba el estado de alerta– ejercía una peor influencia en quien lo utilizaba que las alarmas melódicas. Un hallazgo que supuso toda una sorpresa para los responsables de la investigación.

El estudio

Los investigadores trabajaron con un grupo de 50 participantes y se centraron en autoinformes frente a medidas estandarizadas de un estado conocido como inercia del sueño, que es el estado temporal de disminución de la capacidad cognitiva y del estado de alerta que se experimenta inmediatamente después de despertar. Cuanto más prolongado e intenso es el estado de inercia del sueño al despertarse, más intensa es la sensación de aturdimiento, confusión y torpeza por la mañana.

En el estudio, los investigadores utilizaron cuestionarios para descubrir, por un lado, qué tipo de alarma sonaba en cada caso y,  por otro lado, cómo de despiertos o somnolientos solían sentirse por las mañanas. Así, los investigadores descubrieron que si bien no había asociaciones significativas entre la inercia del sueño real y el sonido de la alarma de la mañana, había una asociación significativa entre el tipo de tono de alarma y la inercia del sueño percibida de una persona.

Levantándose

Las personas que utilizaron alarmas más melódicas informaron sentirse más alertas por las mañanas, mientras que aquellas cuyas alarmas tenían sonidos más fuertes, como el pitido intermitente, dijeron que se sentían más aturdidos y menos despiertos. Una información que puede parecer irrelevante pero que los autores del estudio consideran importante para aquellas personas que trabajan en tareas que requieren respuesta inmediata, como por ejemplo, los que cuya profesión tenga que ver con resolver asuntos urgentes o especialmente precisos (conductores, médicos, bomberos...).

Aunque no tienen claro por qué el sonido de nuestras alarmas podría influir en cómo nos sentimos cuando nos despertamos, los investigadores tienen una hipótesis que aún no se ha probado. En su opinión, una repetición de pitidos podría funcionar para interrumpir o confundir nuestra actividad cerebral al despertarnos, mientras que un sonido más melódico puede ayudar hacemos la transición a un estado de vigilia de una manera más efectiva.