Uno de los productos que más se están vendiendo durante el obligado confinamiento por la pandemia del coronavirus es el alcohol. Y este aumento en las ventas de alcohol ha alarmado a muchos expertos en salud, algunos de los cuales se han mostrado preocupados de que esta circunstancia pueda hacer que las personas sean aún más vulnerables a la COVID-19.

Evidencias anteriores muestran que el consumo de alcohol puede empeorar los resultados de otras enfermedades respiratorias al dañar los pulmones y el intestino, y dañar las células responsables de la función inmune.

Vino

Cuando alguien está expuesto a un virus, el cuerpo monta una respuesta inmune para atacar y matar al patógeno extraño. En general, cuanto más saludable es el sistema inmunitario de una persona, más rápido puede eliminar un virus y recuperarse de una enfermedad como la COVID-19. Por defecto, el alcohol dificulta que el sistema inmunitario se prepare y defienda al cuerpo contra gérmenes dañinos.

Si las células que recubren las vías respiratorias de una persona están dañadas por el alcohol, entonces las partículas virales, como la COVID-19, acceden más fácilmente, lo que hace que las células inmunes que combaten la infección no funcionen tan bien, lo que aumenta el riesgo general de más enfermedades graves así como de complicaciones.

Del mismo modo, el alcohol puede desencadenar inflamación en el intestino y destruir los microorganismos que viven en el intestino y mantienen la salud del sistema inmunológico. Cuando el cuerpo no puede eliminar un patógeno, una infección puede empeorar y provocar complicaciones más graves y potencialmente mortales.

Investigaciones previas han mostrado que el consumo de alcohol conduce a enfermedades pulmonares más graves, como el síndrome de dificultad respiratoria del adulto (SDRA) y otras enfermedades como la neumonía y la tuberculosis, entre otras.

Beber también hace que sea más difícil para su cuerpo atender adecuadamente sus otras funciones críticas, como combatir una enfermedad. Cada vez que tomamos un sorbo de alcohol, nuestro cuerpo prioriza la descomposición del alcohol sobre varias otras funciones corporales. El cuerpo no tiene una manera de almacenar alcohol como lo hace con los carbohidratos y las grasas, por lo que debe enviarlo inmediatamente al hígado, donde se metaboliza.

Cerveza

Por otra parte, se sabe que el alcohol perjudica la calidad del sueño. Y cuanto menos duerma una persona, mayor es su riesgo de enfermarse. Un estudio descubrió que las personas que dormían menos de 7 horas tenían casi tres veces más probabilidades de desarrollar un resfriado en comparación con las que dormían 8 o más horas. Además, la falta de sueño también puede afectar el tiempo que tarda una persona en recuperarse si se enferma.