La exposición a la información ambiental durante un período temprano en la vida es importante para formar mapas sensoriales y circuitos neuronales en el cerebro. En los mamíferos, se sabe que la exposición temprana a factores ambientales afecta la percepción y el comportamiento social más adelante en la vida. Es lo que se conoce como la impronta, un fenómeno por el cual en ciertos animales y aves tiene una gran importancia lo que ven o huelen inmediatamente después de nacer.

Existen muchos ejemplos en el reino animal, por ejemplo, en los peces migratorios como el salmón y la trucha. Los olores que perciben cuando nacen son los que los guían de regreso a su río de origen cuando son adultos. Pero cómo sucede esto, esta influencia de las primeras impresiones sensoriales en la edad adulta, sigue siendo un misterio para la ciencia.

Ahora, un equipo de científicos de las Universidades de Azabu y Fukui en Japón ha descubierto cuáles son las moléculas necesarias para esa impronta. Este nuevo estudio arroja luz sobre el proceso de toma de decisiones y los trastornos del neurodesarrollo, como los trastornos del espectro autista. También propone un uso más eficaz de la terapia con oxitocina para estos trastornos a una edad temprana.

La impresión visual se ha estudiado más, pero el funcionamiento neurológico de la impresión olfativa sigue siendo bastante desconocida. La investigación ha sido publicada y uno de sus autores, el doctor Hirofumi Nishizumi, ha destacado su importancia: “descubrimos tres moléculas involucradas en este proceso, Semaphorin 7A (Sema7A), una molécula de señalización producida en las neuronas sensoriales olfativas, Plexin C1 (PlxnC1), un receptor para Sema7A expresado en las dendritas y la oxitocina, un péptido cerebral conocido como la hormona del amor”.

El experimento se llevó a cabo con crías de ratones. Cuando son recién nacidos, la molécula de señalización Sema7A inicia la respuesta de impresión al olor al interactuar con el receptor PlxnC1. Como este receptor solo se localiza en las dendritas en la primera semana después del nacimiento, establece la limitación temporal estrecha del período crítico. La hormona oxitocina liberada en los lactantes impone la cualidad positiva de la memoria del olor.

Lactante

Según el estudio, la oxitocina liberada en los lactantes impone una cualidad positiva de la memoria del olor

Anteriormente se sabía que los ratones machos normalmente muestran una gran curiosidad por los aromas de ratones desconocidos de ambos sexos. El bloqueo de la señalización de Sema7A durante el período crítico da como resultado que los ratones no respondan de la manera habitual; muestran una respuesta de evitación a los ratones extraños.

El estudio sugiere que las entradas sensoriales inadecuadas pueden causar trastornos del neurodesarrollo, como los trastornos del espectro autista (TEA) y los trastornos del apego (EA). De hecho, la oxitocina se usa ampliamente para tratar los síntomas del TEA en adultos.

Sin embargo, el doctor Nishizumi afirma que “nuestro estudio indica que el tratamiento con oxitocina en los recién nacidos precoces es más eficaz que después del período crítico para mejorar el deterioro del comportamiento social. Por lo tanto, el tratamiento con oxitocina de los lactantes será útil para prevenir el TEA y la EA, que puede abrir un nuevo procedimiento terapéutico para los trastornos del desarrollo neurológico”.