La salud de los adolescentes y jóvenes se está resintiendo en los últimos años, sobre todo en lo que se refiere a las enfermedades mentales. Eso es al menos lo que se recoge en una investigación realizada por la Blue Cross Blue Shield Association (BCBSA) de Estados Unidos, que ha presentado un amplio documento que lleva por título La salud de los millenials.

El trabajo establece los diez males que más están afectando a esta generación en lo que a su salud se refiere: la depresión, el trastorno derivado del abuso de sustancias, como las drogas y el alcohol, la hipertensión, la hiperactividad, las condiciones psicóticas, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, el colesterol alto, el tabaquismo y  la diabetes tipo 2.

Chica triste

En la generación del milenio, todo parece indicar que la prevalencia de estas enfermedades es y será mayor que en las generaciones anteriores. De hecho, una de las conclusiones es que los jóvenes que tenían de 34 a 36 años en 2017 fueron un 11 por ciento menos saludables que los que tenían de 34 a 36 años en 2014. Y experimentaron un aumento de dos dígitos en los diagnósticos de ocho de los diez indicadores de salud mencionados anteriormente. Pero si hay algo que llama la atención, es que este crecimiento ha sido mucho mayor en lo que se refiere a los casos de depresión.

¿Las causas? Según el estudio, uno de los factores que más parecen estar influyendo son los avances tecnológicos y el acceso ilimitado a internet que tiene esta generación. El hecho de que desde niños hayan escuchado y leído sin control muchas noticias que versan sobre desgracias, sucesos trágicos, terrorismo y demás está haciendo aumentar los sentimientos de impotencia, desesperanza y miedo.

Pero es que además internet les ha acercado un mundo lleno de posibilidades que no siempre es posible disfrutar y las redes sociales les han mostrado un mundo perfecto donde no parece tener sitio el fracaso y la tristeza. Esto, según los expertos, les ha provocado una distorsión acerca de la realidad de la vida, pues no parece que tengan cabida las dificultades y limitaciones que cualquier existencia entraña. Cuando estas llegan, la incapacidad de lidiar con el fracaso provoca un aumento considerable de la frustración, la ansiedad y la depresión.

Joven internet

Y no solo eso. El uso de las nuevas tecnologías les ha aislado en cierta manera, porque han suplido las relaciones personales con la presencia de las pantallas. En algunos casos, de forma adictiva. No han tejido una red de apoyo social y de amistades que les acompañe en su crecimiento, lo que les ha dotado de menos armas para enfrentarse a patologías como la depresión y ha provocado un aumento del consumo de determinadas sustancias, como el alcohol o las drogas.

La investigación concluye afirmando que deberían realizar una apuesta por mejorar su salud mental, acudiendo si es posible a un especialista y procurar de vez en cuando desconectarse de la tecnología y los medios de comunicación y fomentar las relaciones personales.