Este martes, las autoridades alemanas han decretado el confinamiento de distrito de Gütersloh, donde está el matadero de Tönnies que ya ha provocado que 1.500 personas se hayan contagiado de coronavirus en los últimos cuatro días. El cierre, que afecta a una población de cerca de 360.000 personas, se alargará como mínimo hasta el próximo 30 de junio. Las nuevas restricciones han sido anunciadas por Armin Laschet, presidente del lander de Renania, que aseguró que el foco de la infección está en esta empresa cárnica y tan solo 24 del total de los positivos proceden de personas externas a ella.

Tal como ha subrayado el presidente Laschet se vuelven a cerrar bares, museos, cines, salas de deportes y piscinas y quedan prohibidas las barbacoas y los picnics: "Se trata de una medida de precaución limitada, la levantaremos cuando tengamos la seguridad absoluta". Laschet es el principal candidato sucesor de la canciller Angela Merkel. Ahora mismo, un brote de esta magnitud podría perjudicar sus aspiraciones.

La situación de este matadero ha generado un gran malestar entre la población, ya que los tildan de irresponsables y de "estar robando los derechos a la ciudadanía". Unas sesenta personas vinculadas a entidades ecologistas ya se manifestaron el sábado pasado antes de conocer la decisión del gobierno regional alemán. Por su lado, la empresa Tönnies solo se ha pronunciado una vez. Fue el pasado 16 de junio y aseguró que habían reducido el personal presente en el matadero y cumplían con todos los protocolos.

Con este brote, Alemania ya suma más de 190.000 positivos y 8.883 muertos por la Covid-19. El land de Renania es el segundo que sufre más la pandemia, tan solo superado por Baviera.