Expectación máxima en el último acto de escucha de Yolanda Díaz, esta vez en Barcelona. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo ha traído Sumar al Auditori de la capital catalana este sábado, un día después de pasar por Tarragona. Y lo ha hecho con un nuevo paso del que ha llamado su "proceso de escucha" antes de arrancar definitivamente su nuevo proyecto político, que no llegará antes de las elecciones municipales, pero que quiere aglutinar todo el voto a la izquierda del PSOE (no sin los problemas que se están dibujando por las discrepancias con Podemos).

A pesar de este contratiempo, la presencia de Díaz en territorio catalán ha sido recibida con una masiva respuesta por parte del público. De hecho, el acto tenía que empezar a las 11 horas, pero el pistoletazo de salida no ha llegado hasta casi una hora más tarde por la gran afluencia de gente que ha querido entrar al recinto. La larguísima cola ha rodeado el Auditori y más de mil personas han tenido que quedarse fuera, sin entrada, pero sí que han tenido la oportunidad de ver a la vicepresidenta segunda porque ella y la alcaldesa Ada Colau han salido a saludarlas. Cuando han entrado en el edificio, los 2.000 asistentes los han recibido con una gran ovación de aplausos. Entre ellos, nombres actuales como Jéssica Albiach y Jaume Asens, pero también del pasado, como el exlíder de Iniciativa per Catalunya Verds Joan Herrera.

El conflicto catalán, casi ausente

Yolanda Díaz ha sido la última a hablar, pero cuando lo ha hecho ha dedicado más de media hora a su intervención. Una intervención, eso sí, que ha bordeado el conflicto político en Catalunya y solo se ha referido durante unos pocos minutos. Su mensaje, de hecho, ha sido más bien críptico, sin aclarar en ningún momento cuál es la posición de Sumar con respecto al reto de la independencia y qué hará para solucionarlo. Ni referéndum ni derecho a la autodeterminación. "Dicen que en Catalunya habéis cerrado una parte de vuestra historia", ha lanzado, en referencia a las voces que anuncian que el procés "ha acabado", también desde el mismo Gobierno. "No sé si lo habéis cerrado o no. En todo caso, el tiempo y la gente decidirán qué queréis hacer con la historia de nuestro país". Más allá de eso, pocas otras referencias. En dos ocasiones ha recordado que es gallega y que, por eso, Catalunya puede encontrar en ella "a una buena amiga". Y, ante otras ofensivas con que se encara la población catalana por parte del Estado, como podría ser la defensa de la lengua, Díaz tampoco ha dedicado mucha concreción. "Tendréis el reconocimiento y el respeto que os merecéis desde Sumar", ha afirmado.

Lo cierto es que la gran parte de su largo discurso ha sido dedicado a cuestiones alejadas del conflicto político que vive Catalunya. La ministra ha optado por centrarse en las políticas sociales que quiere impulsar Sumar en caso de articularse definitivamente y tener un lugar importante al ejecutivo que permitan conformar las próximas elecciones generales. Una mención al "cambio de época" que está viviendo el mundo, y la "respuesta diferente" que se tiene que dar. Díaz ha reivindicado medidas pasadas que ha impulsado el grupo de Unidas Podemos dentro del gobierno de coalición, como los erto y la reforma laboral, pero también retos que quedan por anticipado, como más aumentos de sueldo ("¿Se puede vivir dignamente con mil euros en este país? Yo creo que no"), la regularización de un millón de personas migrantes que impulsa una ILP ("Son seres humanos y tienen derechos") y el reto de los altos costes de alquileres ("Con el último decreto de emergencia hemos conseguido congelar los precios, pero sé que no es suficiente").

Y también ataques variados. Al presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, a quien ha replicado por las "palabras grandes" que ha dicho sobre ella. "No es decente que, mientras hay gente con salarios de mil euros, unas pocas empresas, porque son pocas, no se estén comprometiendo con su país", ha lanzado, para acabar comparándolo con el presidente del Partido Popular, a Alberto Núñez Feijóo: "Todo lo que favorece a la gente le parece mal". El líder conservador también ha recibido, criticando su manía para llevar las decisiones del Gobierno a la justicia. "Si gobierna la barbarie, los pequeños avances que hemos conseguido se hundirán", ha advertido, haciendo referencia también a la polémica sobre el aborto que ha propiciado Vox en Castilla y León. Y aún un dardo hacia los socialistas, socios al Gobierno, pero con un modelo económico "del pasado" en Catalunya. Díaz ha cargado, como ya hizo ayer, contra el proyecto del Hard Rock, y también contra la ampliación del aeropuerto de Barcelona que ha reclamado al PSC en la negociación de los presupuestos. "No quiero que el futuro de los jóvenes sean las adicciones al juego. Y todo el mundo defendiendo el ferrocarril y resulta que aquí hay gente que quiere una ampliación superlativa del Prat".

Díaz y Barcelona, vinculadas en los ojos de Colau

La líder de Sumar ha sido acogida por Ada Colau, que ha querido identificar a su compañera de partido con la ciudad condal. Reivindicando las luchas vecinales y sindicales de La Canadenca en 1919, del barrio de Torre Baró y los autobuses, y de la primera manifestación LGTBI+ en 1977, ha vinculado esta Barcelona "valiente" con la vicepresidenta. "No se detiene ante las dificultades, lo tiene en común con Barcelona". Una Yolanda Díaz que ha conseguido "victorias" en el Estado con el incremento de los contratos indefinidos, la batalla por un derecho a la vivienda digna con los retos de los desahucios y de los altos alquileres, y aumentos continuos en el salario mínimo. La alcaldesa también ha aprovechado para hacer un acto de precampaña con la vista puesta en las próximas elecciones municipales, visiblemente emocionada por el recibimiento del público. "Barcelona lidera la caída del paro y hacemos más vivienda pública que nunca, más que Catalunya y la Comunidad de Madrid juntas", ha remarcado. "Y estamos cambiando el modelo de transformación de la ciudad, dejando atrás el modelo del pelotazo y de la especulación".