En medio de unas negociaciones estancadas entre Junts y ERC, lo que fue presidente de Catalunya en Común Xavier Domènech ha apostado por un tripartito de izquierdas formado solo por la CUP, En Comú Podem y los de Pere Aragonès. Sin embargo, solo hay que sumar los escaños de las tres formaciones para ver que se trata de una opción poco viable. No salen los números.

Domènech ha pedido, durante una entrevista al programa Via lliure de RAC 1, que este posible pacto no sirva solo para investir al republicano presidente, sino también para formar parte del Govern.

"Sería el gobierno, no ya más a la izquierda de todo el Estado, sino más a la izquierda de Europa. Sería una matriz destituente / constituente. Para mí, la mejor fórmula", ha asegurado.

David Fernàndez, a favor de la entrada de la CUP en el Govern

Una propuesta también considerada por el exdiputado de la CUP, David Fernàndez, quien, también a Via lliure ha dejado la puerta abierta a que los de Dolors Sabater entren al ejecutivo.

En este sentido, ha explicado que hay una parte de la formación partidaria para así "intentar materializar políticas que estén a la altura de las necesidades de la gente".

"A mí no me toca hablar en nombre de la CUP, pero sus portavoces lo han dicho abiertamente: si se tienen que asumir más responsabilidades, se asumen", ha asegurado.

Un tripartito poco posible

Ahora bien, si sumamos los 33 escaños que ERC consiguió en las elecciones del 14 de febrero, a los 9 de la CUP y los 8 de los comuns, obtenemos un total de 50 escaños.

Evidentemente, la cifra queda muy lejos de los 68 escaños necesarios para la mayoría absoluta. Por tanto, es obvio que, si solo cuenta con el apoyo de estas dos formaciones, Pere Aragonès no será investido en la primera votación.

La cuestión es que, por sí solos, tampoco conseguirían sumar los suficientes votos positivos para la mayoría simple.

Si sumamos los "no" del bloque constitucionalista -PSC, Ciudadanos, PP y Vox - suman 53, 3 votos más que los "Sí". De esta manera, aunque se diera el caso de que Junts se abstuviera, la investidura sería, de nuevo, fallida. Si, además los de Carles Puigdemont votaran en contra, el número se elevaría hasta los 85 diputados.

Para acabar la segunda sesión de investidura con un presidente del Govern, sería necesario, primero, que Junts no votara, y, segundo, que cuatro diputados de alguna de estas cuatro formaciones se abstuvieran. El resultado final sería de 50 "Sí" contra 47 "No".

 

 

Imagen principal, Xavier Domènech en el Parlament / Sergi Alcàzar