Las encuestas sitúan los Fratelli de Italia, el partido más de ultraderecha de los que se presentan a las elecciones italianas, como ganadores de los comicios de este domingo. Los "Hermanos" son el homólogo italiano de Vox, comparten grupo en el Parlamento Europeo, y los suyos líder, Georgia Meloni y Santiago Abascal son amigos, se entienden y se promocionan mutuamente, aunque los italianos no han utilizado a los españoles en su campaña electoral, excusándolo por la corta duración de la campaña. Con todo, los ultras españoles están inmersos en la que es su primera guerra interna y la protagonista es quien hasta ahora era una de las caras más visibles del partido: Macarena OIona. La alicantina, que abandonó Andalucía después de ser relegada a la irrelevancia, ahora ataca su expartido, pero antes Abascal la había promocionado como la Meloni española.

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Ahora, entre los reproches mutuos de dos de los líderes más mediáticos de la ultraderecha en España, Abascal confía en que las previsiones del triunfo de Meloni se conviertan en una realidad y eso suponga un impulso para su formación, después de que Olona haya ocupado el foco mediático. La italiana ya dijo hace unos días que espera que su triunfo sea un empuje por la derecha española y que esta pueda tomar el poder. Si Vox contara entre sus aliados con la presidenta italiana, la situación cambiaría en la que es hasta ahora su primera tormenta política, al menos que haya trascendido.

Apoyarse en Meloni para coger impulso

En estos momentos, quien tiene la iniciativa es Olona, ya que es ella quien se va a hacer el Camino de Santiago, ofrece entrevistas y carga contra su exjefe, mientras este se arrastra detrás de ella. Según El Independiente, desde Vox reconocen que un triunfo ultra en Italia no tiene por qué querer decir que en España su partido recupere impulso, que ha perdido desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo al Partido Popular, pero si que puede crear una imagen positiva por conseguir que se deje de hablar de sus problemas internos y poder volver a centrarse en sus propuestas políticas, sean cuáles sean. Olona no parece estar por la labor y sigue haciendo charlas a las universidades arrastrando a su propio público.

Esta es la gran obsesión del partido. Saben que no hay ningún líder que tenga el "carisma" de Olona, una de las caras más visibles de la formación hasta que se presentó en Andalucía, donde fracasó después de una campaña marcada por su empadronamiento fraudulento y se presentó como si fuera de Granda, cuando nunca ha vivido allí, con un programa lleno de tópicos. Un mes después, renunciaba a su escaño por motivos médicos, de los cuales no se ha sabido nada más desde que ha vuelto al foco mediático. Desde Vox, por eso, evitan hablar del tema, asegurando que es un serial de finales de verano, según el político Iván Espinosa de los Monteros, mientras Abascal solo se ha limitado a dar la enhorabuena a Olona por su sospechosamente rápida recuperación.