El aumento de las agresiones LGTB-fóbicas en el Estado, especialmente a raíz del último ataque brutal a un joven gay en el barrio de Malasaña en Madrid, han provocado una serie de reacciones y también reproches. Desde los partidos políticos de izquierdas han señalado al discurso ultra y homófobo de Vox como culpable, pero desde el partido, en cambio, apuntan hacia otra dirección: los inmigrantes.

En línea con lo que ha ido repitiendo su formación los últimos días, hoy su portavoz en el Congreso de los Diputados, Ivan Espinosa de los Monteros ha vuelto a condenar "todas las agresiones que se producen a España", no solo las que son contra el colectivo LGTBI. Pero, como siempre, ha encontrado la manera de culpar a los inmigrantes de la situación, denunciando los "efectos de la inmigración ilegal" para la seguridad en la calle.

Más seguros en Budapest que en Bruselas

"Los gais saben que pueden pasear más tranquilamente por las calles de Varsovia o Budapest que por Molenbeek (un barrio de Bruselas) o el centro de Madrid", ha asegurado en rueda de prensa después de la reunión de la Junta de portavoces.

Hoy, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha acusado el partido de "jugar al límite" con respecto al respeto a la diversidad y a los valores democráticos, vinculándolo con el "caldo de cultivo" que después propicia que se intensifiquen discursos enmarcados en delitos de odio porque muestran un "desprecio en el diferente". En este sentido, Espinosa de los Monteros ha censurado que se vincule Vox con las agresiones y ha anunciado que la formación denunciará a todo el mundo que lo haga.

Silenciar origen de los agresores

Además, el político de ultraderecha ha advertido que su partido no cambiará su discurso, aunque les lleguen críticas desde los partidos del gobierno de coalición: "No dejaremos de decir que gracias a las élites izquierdosas se han llenado las calles de inmigrantes y ha subido el nivel de inseguridad", ha sostenido. Para justificarse, ha reprochado que, según datos del Gobierno, un 42% de las agresiones sexuales de 2020 fueron cometidas por extranjeros.

Su líder, Santiago Abascal, reaccionó exactamente de la misma manera: condenando la "brutal agresión homófoba", pero diluyéndola entre todas las que se cometen, y criticando que "el consenso progre" y sus "lacayos mediáticos" de silenciar muchos de estos casos para "no hablar del origen de los agresores", haciendo que "los españoles no se enteren de la mayoría de estos sucesos".

Apoyo del PP

Desde el Partido Popular han corrido a defender a sus compañeros de Vox. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha desviado la atención hacia Barcelona, asegurando que en la capital catalana se registran más agresiones contra el colectivo LGTBI. En este sentido ha lamentado que desde las izquierdas siempre se señala Madrid como una ciudad homófoba, en lo que para|por él es otro ejemplo de madrileñofobia. Antes, ya había pedido desvincular Vox de estos ataques: "es excesivo", dijo. Hoy, la portavoz Cuca Gamarra, ha considerado que Vox forma parte de los partidos que condenan y la unidad ante los ataques contra homosexuales.