La derecha españolista vuelve a la carga. Vox, Ciutadans y el Partido Popular han vuelto a hacer de las suyas hoy en el Parlament, esta ocasión durante el pleno que ha permitido aprobar el decreto del Govern que pretende proteger el catalán en las escuelas. Las tres formaciones ya lo hicieron hace solo unas semanas, en aquella ocasión durante la aprobación de la ley del catalán después del acuerdo entre el PSC, ERC, Junts y los comuns. Joan Garriga advertía: "Discriminan al castellano porque, para ustedes, la inmersión es un objetivo político para uniformar a los catalanes y acabar con la pluralidad de Catalunya". "Esta ley la presenta el separatismo más radical e hispanófobo", lanzaba Carlos Carrizosa. Y Alejandro Fernández lamentaba que el catalán se había hecho "antipático" y que la ley significaba "la supresión de la libertad".

La cruzada de este miércoles contra el decreto no se ha distanciado demasiado de aquella retórica. Primero ha sido el turno del diputado de la ultraderecha, Manuel Acosta, quien ha optado por utilizar alegorías y referencias a textos clásicos de la Antigua Grecia para describir la situación que han generado los independentistas con el catalán en las escuelas como un "laberinto sociolingüístico". Así, ha lamentado que la medida del Govern rechace los porcentajes, lo cual representa "un ánimo de desobediencia". "Estamos ante un evidente fraude de ley para que no se lleve a efecto el 25%", ha remachado. "Ninguna ley puede ir en contra de sentencias firmes". Y ha cargado contra la decisión de mantener el catalán como lengua fundamental de la enseñanza. "Se excluye el castellano siendo la lengua propia de la mitad de los catalanes". Y, como también ha hecho el PSC durante su intervención, ha señalado que Educación batalla contra el 25% de castellano mientras que aboga para que un 80% de los grados universitarios sean en catalán.

Por parte de Ciutadans, ha sido la diputada Anna Grau quien ha salido al atril. Y muy pronto ha recordado el porqué de su fama. Su discurso ha sido claramente belicista, y desde el principio ha optado por pronunciarla grande. "Con este decreto hacen de la lengua catalana un trapo sucio, un arma de guerra y un instrumento de opresión e hispanófoba", ha sentenciado. Acabarán multados y purgados. Estas jugadas se acabarán aquí y alguien tendrá que pagar por todo lo que están haciendo". También reprochados a los comuns y al PSC, a quien ha vuelto a tildar de "tonto útil", como ha hecho Nacho Martín Blanco. Pero el discurso de Grau también ha dejado entrever la difícil situación que atraviesa su formación después de los resultados catastróficos en Andalucía. "Creen que nos enterrarán como a la UCD, pero no nos dejaremos matar por la espalda", ha advertido. "Cs no desaparecerá, renacerá las veces que haga falta. No nos da miedo perder elecciones ni las encuestas arregladas: volveremos a estar aquí, fieles al servicio del pueblo". Y lo ha culminado todo con uno inesperado "Viva Catalunya" solitario.

El último turno ha sido el de la popular Lorena Roldán, quien se ha centrado en la cuestión de la desobediencia por la sentencia del 25%. "Se han inventado un decreto para incumplir la sentencia y lo han proclamado a los cuatro vientos", ha dicho. "No acatar la resolución judicial y obviar la jurisprudencia es motivo más que suficiente para votar en contra del decreto, y para votar en contra incluso cuatro veces". Así, ha atacado también el gobierno de Pedro Sánchez, lamentando que no haya actuado contra los movimientos de los independentistas y sin llevar a cabo una respuesta contundente contra el Gobierno. "La misma matraca habitual de siempre".