Todas las defensas comparecen hoy, en el Tribunal Supremo, en la vista previa al juicio del 1-O para defender la declinatoria que tiene que permitir que se juzgue en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya a los 18 acusados de promover la independencia de Catalunya y llevar la ciudadanía a la revuelta. 

Los acusados se quedan en Catalunya. No tienen que comparecer. Eso evita, por lo tanto, el traslado de los 9 presos y presas desde las prisiones de Lledoners, Puig de les Basses y el Catllar hasta los centros penitenciarios de Madrid. No van porque no han pedido asistir porque es una vista técnica y por la logística que comporta su desplazamiento a Madrid desde las prisiones de Catalunya.

Habrá 12 abogados que representan a los 18 procesados, algunos comparten letrado, y los representantes de la fiscalía, la abogacía del Estado y Vox, que ejerce de acusación popular. Delante de ellos, un tribunal de siete jueces, presidido por Manuel Marchena.

Por primera vez, las defensas de los 18 acusados irán al Supremo a una vista pública que se podrá seguir en directo por El Nacional a través de la señal institucional.

Precisamente este hecho podría hacer que la vista se alargara o tuviera más durada porque por primera vez todo el mundo podrá ver la intervención de todas las partes en vivo y en directo, más allá de los vídeos que se han filtrado de las primeras declaraciones en la Audiencia Nacional. Y eso puede hacer que todo el mundo se quiera lucir ante la audiencia, especialmente las acusaciones.

Las defensas tienen asumido que el caso se acabará juzgando en el Tribunal Supremo. "Sabemos que está cerrado y bien cerrado", dicen fuentes de los abogados a El Nacional. Ven prácticamente "imposible" que el tribunal acepte trasladar el caso en Catalunya porque "sería una crisis tan grande que no se puede ni imaginar".

Qué se decide hoy

La vista de hoy es previa al juicio. Se trata de la vista del artículo de previo pronunciamiento, el equivalente a las cuestiones previas del juicio, en la que los magistrados tienen que analizar la solicitud de las defensas de que sea el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) quien juzgue los hechos, como así vienen sosteniendo desde que arrancó la causa.

Según su versión, es el alto tribunal catalán y no el Supremo quien tendría que sentarlos en el banquillo, dado que el proceso soberanista catalán y los hechos ocurridos el 20 y 21 de septiembre y el referéndum del 1-O tuvieron lugar íntegramente en Catalunya.

La ley fija un día de plazo para resolver las cuestiones previas planteadas, aunque fuentes jurídicas señalan que es posible que haya que esperar unos días más para conocer la decisión de la Sala.

El Supremo dice que el análisis de los hechos alegados en los escritos, "enriquecidos por las alegaciones que en el acto de la vista se formulen por las defensas, será determinante del desenlace del presente incidente". Por lo tanto, la base será el escrito de acusación de la fiscalía y los hechos que se detallan.

Las defensas tienen pocas o nulas esperanzas de que el Supremo acceda a su petición para celebrar el juicio en Catalunya, lo que no quita, afirman, que agoten todas las vías ordinarias y extraordinarias para tal fin. Es una posición que forma parte de la estrategia conjunta de todas las defensas de no dejar ninguna rendija procesal sin abordar ni agotar para no dar pie a que Estrasburgo pueda en el futuro reprocharles que no utilizaron todas las herramientas jurídicas que contempla la legislación española.

En caso de que ratifiquen su competencia para juzgar los hechos, como es previsible, ya que así ha hecho el Supremo desde que asumió la causa en varios escritos formulados por el juez instructor y confirmados por la Sala de Apelaciones, las defensas contarán con un plazo 10 días para presentar sus escritos. Los abogados, sin embargo, pedirán más tiempo de margen tal como hizo también el ministerio público.

Todo eso a la espera de que la Sala fije definitivamente la fecha del juicio que, previsiblemente, tendrá lugar a finales de enero. Antes, sin embargo, el tribunal tendrá que resolver también qué pruebas y testigos acepta para el juicio.

Hay un alto número de testigos que ya han solicitado las acusaciones y que las defensas prevén proponer para declarar en las sesiones y que podrían provocar que el juicio se prolongue más de lo esperado por el propio tribunal.