El candidato a la alcaldía de Barcelona que tiene el apoyo de Ciudadanos, Manuel Valls, ha vuelto a pedir un cambio de rumbo a la formación presidida por Albert Rivera. A través de una carta enviada a los "líderes de los partidos constitucionalistas"; el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el presidente popular, Pablo Casado, y el mismo Rivera, Valls exige un "gran pacto" entre el PP, el PSOE y Cs que "garantice la gobernabilidad a los partidos constitucionalistas".

De esta forma, Valls se desmarca de la línea política seguida por Cs en las últimas semanas, en las cuales incluso llegó a votar por unanimidad no pactar con el PSOE después de las elecciones generales del próximo 28 de abril. Valls justifica este pacto augurando que "nuestro país (España) ha entrado en un largo ciclo electoral que será decisivo para el futuro de su convivencia democrática".

El candidato francés contrapone así el constitucionalismo, según él representante de la "democracia representativa", a los que quieren sustituirla por "momentos decisionistas", concepto que él mismo vincula con la "democracia directa" y el "populismo" y el "nacionalismo separatista".

Culpa al PSOE del auge de Vox en Andalucía

En una actitud marcadamente diferente de la de los dirigentes naranjas, Valls califica el resultado de las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre de "ejemplo de aquello que la democracia española tiene que evitar". El candidato no se detiene aquí y hace responsable al PSOE del pacto a tres, entre PP, Cs y Vox, que ha formado el gobierno del popular Juan Manuel Moreno.

Valls se acaba poniendo a él mismo de ejemplo para frenar el "populismo" y el "nacionalismo": "Me comprometo a trabajar con toda mi energía para volver a situar Barcelona al lado de la convivencia y la democracia llena". Después de esta declaración de principios, el candidato con el apoyo de Cs apela a los remitentes de la carta a seguir su ejemplo: "Reitero mi llamamiento a los dirigentes de los partidos constitucionalistas para que ofrezcan a España el gran acuerdo que necesita".

Carta difícil de digerir para Rivera, que tendría muy difícil ahora hacer marcha atrás y aceptar al PSOE como un aliado después de haberse embarcado en una lucha intensa contra Vox y el PP por el liderazgo de la derecha española.