La plataforma que canaliza la respuesta civil a la sentencia, Tsunami Democràtic, ha roto el silencio y ha anunciado una nueva ola de protestas mientras las reclamaciones mayoritarias de la sociedad catalana no sean atendidas.

El Gobierno ha reconocido la existencia de un conflicto con Catalunya pero Tsunami Democràtic considera que, a pesar de las promesas de espacios de diálogo, "no se detienen las resoluciones judiciales, la violencia estructural, ni la persecución ideológica y política".

Habiendo llegado a una diagnosis de la situación, la plataforma ha decidido emprender nuevas acciones, que se enmarcaran en una nueva fase que ellos mismos denominan "segunda ola". El objetivo de esta es alcanzar unos objetivos políticos, operativos y comunicativos concretos "en el marco de los derechos, la libertad y la autodeterminación". De acuerdo con el valores intrínsecos desde su fundación, Tsunami Democràtic reitera que la movilización seguirá siendo noviolenta y de desobediencia civil masiva.

En el comunicado, Tsunami Democràtic ha asegurado que sigue activo, reflexivo y propositivo, reafirmándose en la necesidad de trabajar a medio y largo plazo, y ha apuntado que operará "con independencia de los calendarios y la agenda de los partidos políticos, gobiernos y judicatura".

Además, la plataforma ha denunciado que una parte de la población catalana vive una situación de "segregación política" que se tiene que resolver y que el proyecto político de más de dos millones de personas ha sido prohibido y perseguido.

Tsunami Democràtic ha reactivado la difusión de sus acciones cuando hace prácticamente un mes de su última acción coincidiendo con el Clásico entre el Barça y el Real Madrid en el Camp Nou el 18 de diciembre.

Autocrítica para avanzar

Después de la primera fase de movilizaciones desde que se hizo pública la sentencia al procés, Tsunami Democràtic ha tenido tiempo de realizar una reflexión pausada de la situación política y ha revisado sus aciertos y errores "para convertirlos en aprendizajes para avanzar en la eficacia de sus acciones".

Si la convocatoria a bloquear el aeropuerto del Prat desencadenó el empoderamiento ciudadano las semanas siguientes, es cierto que el famoso, esperado y polémico Clásico aplazado acabó decepcionando además de uno movilizado. Tsunami Democràtic pretendía parar el Clásico del Camp Nou con dos pancartas gigantes llevadas por drones. Una acción que se vio frustrada después de que las interceptaran los Mossos d'Esquadra.

Ahora bien, Tsunami Democràtic tiene el convencimiento que durante esta primera etapa "ha contribuido a un cambio sustancial del estado de ánimo del movimiento independentista", ya que "la gente ha recuperado la iniciativa".