La decisión del PSOE de prescindir de Ábalos se tomó el jueves, justamente el día después de que estallara el caso Koldo, que va de presuntas comisiones ilegales que se habría llevado la exmano derecha del exministro de Transportes en el marco de contratos por mascarillas. Según publica El País, la primera opción era convencer al actual diputado del PSOE para que renunciara personalmente a su escaño, aunque ni esté imputado, ni se le investigue. Los socialistas, sin embargo, le atribuyen una responsabilidad política al haber escogido a Koldo como asesor. El primer mensaje público hacia el también exsecretario de organización socialista llegó el viernes de la mano de la vicepresidenta del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero. "Yo sé lo que haría", lanzó Montero, a quien Ábalos le recordó sin mencionarla que ella tiene en su espalda casos más graves como el caso de los ERE.

Ante la postura inflexible de Ábalos, los socialistas subieron la presión sobre él con el mensaje del presidente del Gobierno abriéndole la puerta de salida. "El que lo hace, lo paga, venga de donde venga, caiga quien caiga", aseguró el sábado. Sin embargo, la exmano derecha de Sánchez y una de las personas clave en la victoria en Ferraz del jefe del ejecutivo español el año 2017 siguió sin moverse.

Es por eso que el mismo día en el cual Sánchez aumentó la presión sobre Ábalos, se concretó una reunión improvisada en la sede socialista, en la cual se tomaron hasta tres decisiones. La primera, que se convocaría una ejecutiva en la cual se instaría a Ábalos a dejar el escaño; la segunda, que Santos Cerdán, negociador de la amnistía, exnúmero dos de Ábalos y secretario de organización, se encargaría de gestionar esta crisis personalmente con el extitular de Transportes; y la tercera, que el PSOE registraría una comisión de investigación para analizar el escándalo detalladamente.

Presión de Cerdán sobre Ábalos

La hoja de ruta de los socialistas, sin embargo, no ha conseguido, de momento, que Ábalos ceda. Santos Cerdán intentó convencerlo, primero, por teléfono, y después, en persona. Se reunieron el domingo en el piso en el que vive de alquiler en Madrid. Concretamente, en Rivas Vaciamadrid. Hasta aquel momento los socialistas no le habían formalizado la petición para que renunciara al acta. Allí, Ábalos le transmitió a Cerdán que él cree que no tiene que dejar el escaño porque no está implicado en nada.

Además, considera que, si él deja el escaño, la oposición aumentará la presión contra otros líderes socialistas que tenían peso en la toma de decisiones, como Salvador Illa, Francina Armengol o Víctor Torres. Todos ellos contrataron la empresa investigada. De hecho, también considera que podría aumentar la presión contra el mismo Cerdán, que fue quien recomendó a Ábalos la figura de Koldo García como chófer. Cerdán, por su parte, le dio la razón en el hecho de que no está implicado en nada, pero que tiene que dejar el acta al tener responsabilidad política a la hora de tomar la decisión de introducir Koldo García y a su esposa en el ministerio.

Ábalos, decepcionado con el PSOE

Santos Cerdán, al mismo tiempo, le transmitió que la ejecutiva daría el paso de pedirle formalmente que dejara el acta el lunes. Ábalos sabe que, si desobedece, le implicará la expulsión del partido y del grupo parlamentario. Aunque no ha descartado la posibilidad de dimitir, Ábalos sigue dando largas, aunque hubiera más llamadas. Incluso, Cerdán le llamó antes de la reunión de la ejecutiva. Sin embargo, Ábalos le fue contundente: "Os estáis equivocando. Eso es injusto".

Y es que Ábalos fue uno de los artífices de la moción de censura contra Rajoy el año 2018, motivada por un caso de corrupción. Por eso, el extitular de Transportes está dolido y decepcionado con sus compañeros de partido. Por su parte, Sánchez llegó al poder a través de una moción contra la corrupción, después del caso Gürtel. Por eso, el líder socialista quiere cortar de cuajo el caso Koldo y actuar de forma diferente que el PP en los casos de mascarillas, como el Ayuntamiento o la Comunidad de Madrid.

Con la dimisión de Ábalos como presidente de la comisión de Interior, los nervios se acentuaron en Ferraz, porque continuaba como diputado. Los socialistas ya no descartan un pulso del exsecretario de organización y que acabe en el Grupo Mixto, aunque todavía hay tiempo hasta este martes al mediodía. La dirección socialista está desconcertada, mientras que los que aprecian más en Ábalos no entienden sus movimientos, teniendo en cuenta que tiene 64 años y está próximo a la jubilación.