Después de la presión del canciller alemán, Olaf Scholz, para acabar el gasoducto Midcat, que ahora muere en Hostalric (la Selva), ante las limitaciones alemanas para hacerse con más gas, el Gobierno ha respondido confiado. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha asegurado que la empresa que impulsa el proyecto calcula que en "la frontera sur" podría estar "operativa" en unos "ocho o nueve meses". "Estamos trabajando con Enagás y Teragás para ver como acelerar una primera interconexión con menor complejidad", ha asegurado la ministra, según recopilación la ACN.

La celeridad que pueden acabar teniendo las obras en el territorio catalán o servirán si no hay un claro apoyo del gobierno francés al proyecto Midcat, ha remarcado Ribera, ya que el gasoducto tendría que comunicar Portugal con la Europa central, atravesando el Estado español y Francia."No tiene sentido que nosotros corremos mucho si aquello se tiene que convertir en un callejón sin salida en el lado francés" ha afirmado la ministra. Ribera ha remarcado que la vida útil del gasoducto tendría que ser de entre 30 y 50 años, teniendo en cuenta el objetivo de neutralidad climática de la Unión Europea marcado para el 2050.

Si bien el interés francés en el proyecto es clave, hay algunas dificultades que poco tienen que ver con voluntades. Ribera ha admitido que "el problema son los Pirineos, como se conecta con Francia" el gasoducto. Justamente por este tipo de dificultades, el apoyo entre Estados tiene que facilitar superarlas, ha recordado la ministra.

El proyecto Midcat

Aunque Scholz no se dirigió directamente al proyecto Midcat lamentó que la conexión con Francia no esté hecha porque, si se hubiera construido, "Europa no estaría en la situación de carencia en la cual ahora nos encontramos". Sin embargo, este proyecto ofrece justamente lo que el canciller anhela.

El plan inicial del Midcat contemplaba la construcción de un nuevo gasoducto de 227 kilómetros denominado STEP (South Transit East Pyrenees, en sus siglas en inglés) que conecte los dos estados a través de Catalunya. En concreto, el conducto iría desde Hostalric hasta Barbaira, pasando por Figueres y el Portús, además de una estación de compresión a Martorell y otra en el lado francesa.

El Midcat quedó paralizado el 2019 cuando perdió el apoyo del regulador francés y del español y, en consecuencia, Bruselas dejó de financiar los planes de Enagás. Los reguladores consideraban que el mercado no había mostrado "interés comercial" para esta propuesta de interconexión y que los costes previstos eran "altos en comparación con los estándares europeos".