Susana Díaz lidera la carrera para ganar Ferraz, pero no lo hace tan cómodamente como podía parecer cuando, semanas atrás, se dio el pistoletazo de salida a las primarias socialistas. A pesar de ver a su principal rival desde el retrovisor, la presidenta andaluza nota muy cerca el aliento de Pedro Sánchez, quien ha presentado más avales de los que la vieja guardia del PSOE preveía. La campaña ya está en marcha y promete espectáculo.

La poca distancia en apoyos entre los dos principales candidatos se explica, en gran parte, por los resultados desastrosos de Díaz en Catalunya, dónde replegó 5.000 avales menos que Sánchez, el preferido del PSC. Catalunya sigue siendo una bastión sanchista y la presidenta de la Junta de Andalucía es consciente de que, si no se quiere complicar la victoria en la votación del próximo 21 de mayo, se tiene que dejar ver por el principado.

Díaz quiere girar la tortilla y hoy tiene programado un intenso día de marcado acento folclórico en territorio catalán. Su particular – y peculiar – tour empieza con un desayuno con "raíces extremeñas" en Sant Boi de Llobregat. Al mediodía se reunirá con militantes socialistas en Hospitalet y cargará pilas en Cànoves i Samalús, donde participará en las tradicionales migas que organiza el PSC del municipio.

Su ruta por Catalunya finalizará, como no podía ser de otra manera, en la Feria d'Abril. Antes de partir, la presidenta andaluza hará acto de presencia en la carpa socialista que está instalada en el recinto del Fòrum. Se la espera hacia las ocho y media de la noche. Horas antes también habrá visitado la feria la jefa de la oposición al Parlamento de Catalunya, Inés Arrimadas.

Catalunya, terreno pantanoso

La estrategia de Pedro Sánchez para reconquistar la silla del secretariado general contempla Catalunya como una de sus patas principales. La junta directiva del PSC se ha declarado neutral y no ha dado apoyo explícito a ningún candidato. Ahora bien, los socialistas catalanes se mantuvieron fieles cuando la cúpula estatal maquinó para defenestrarlo meses atrás y es conocida su buena sintonía con una amplia lista de dirigentes socialistas catalanes. Eso y la contundente colección de declaraciones polémicas sobre los catalanes que ha ido acumulando Díaz y su entorno, complican el trabajo a la líder andaluza.

Sin ir muy lejos, hace un par de semanas, el expresidente del gobierno español José Luís Rodríguez Zapatero aseguró que en Catalunya hay "prejuicios" hacia Díaz por ser "mujer y andaluza".

Tan sólo ha conseguido el apoyo explícito de un tercio de la militancia del PSC, mientras que Sánchez ha seducido a casi la mitad de las bases. Ahora, la pregunta que cierne en el aire es: ¿será capaz la candidata de la vieja guardia socialista -con el visto bueno de ilustres como el mismo Zapatero o Felipe González- salvar los muebles en Catalunya? Hoy se encomendará al folclore con el fin de conseguirlo.