El Tribunal Supremo ha avalado a Rafael Mozo al frente del CGPJ, de manera que mantiene la bicefalia en el Poder Judicial. Después de la dimisión de Carlos Lesmes en octubre, Mozo fue designado presidente del órgano de gobierno de los jueces. Pero la elección no gustó a uno de los vocales, Wenceslao Olea, que recurrió el nombramiento. La sección sexta de la Sala contenciosa administrativa del alto tribunal ha desestimado este miércoles las medidas cautelares solicitadas por Olea y el secretario general del CGPJ, José Luis de Benito. Es decir, que mantiene de momento a dos presidentes diferentes en el CGPJ (Rafael Mozo) y en el Supremo (Francisco Marín Castán).

La bicefalia fue uno de los argumentos utilizados por Olea, ya que defendía que solo puede haber un único presidente en el Poder Judicial y que no puede haber "bicefalias en el actual sistema legal". En octubre, el alto tribunal ya dijo que el actual sistema no está provocando "daños irreparables". La decisión del Supremo de este miércoles se preveía clave para conseguir algún avance en los nombramientos de los dos magistrados del Tribunal Constitucional que tiene que hacer el CGPJ, ya que los vocales conservadores esperaban que quedara claro el futuro de Mozo. Ahora que ha quedado claro, estaba por ver si los interlocutores de los bloques progresista y conservador alcanzaban algún acuerdo. Pero no ha sido así.

Sin acuerdo para el Constitucional

Los negociadores han concluido sin acuerdo la reunión celebrada este miércoles para intentar pactar a los dos candidatos al Constitucional, aunque se han vuelto a citar para el 30 de noviembre. Los portavoces progresistas, Álvaro Cuesta y Roser Bach, se han reunido durante una hora con los conservadores, José Antonio Ballestero y Carmen Llombart, sin avances. El único resultado concreto ha sido "seguir hablando".

Los progresistas habían lanzado una primera lista con nueve candidatos, que finalmente se ha reducido a uno: José Manuel Bandrés. Esperaban que los conservadores plantearan también un aspirante, pero se limitaron a pedir un cambio en el método de negociación: querían negociar a los dos candidatos conjuntamente, con el objetivo de evitar un "reparto de cromos". Este miércoles, los progresistas han rechazado este método y han insistido en Bandrés. Ya se preveía improbable que en la reunión saliera un acuerdo, de manera que habrá que esperar a ver qué pasa el próximo día 30 de noviembre. La voluntad es cerrar los nombramientos durante el mes de diciembre y, en cualquier caso, antes de Navidad. Es posible que el nombre de Bandrés salga adelante y se le sume uno de los magistrados a la lista de los conservadores: Pablo Llarena, Julián Sánchez Melgar, Vicente Magro, César Tolosa, Inés Huerta y Diego Córdoba — cuyo mejor situado es Tolosa.