El CGPJ ha designado a Rafael Mozo como presidente interino, provocando una bicefalia en el Poder Judicial. Y es que después de la dimisión de Carlos Lesmes, el magistrado Francisco Marín Castán es quien ejerce las funciones de la presidencia del Tribunal Supremo. Así pues, el liderazgo del Poder Judicial queda dividido: Mozo, al frente del órgano de gobierno de los jueces; Marín, al frente del alto tribunal.

El progresista Rafael Mozo era el vocal más antiguo y ahora se ha convertido en presidente con un amplio apoyo: dieciséis votos a favor y tan solo uno en contra, el del moderado Wenceslao Olea. La vocal progresista Mar Cabrejas se ha ausentado de la votación, según han confirmado fuentes jurídicas a Efe y a Europa Press. Las mismas fuentes precisan que Mozo ha sido nombrado suplente del presidente, pero no presidente como tal. Es por eso que sus funciones no pueden ser las mismas que el presidente titular del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), porque actúa como vocal que sustituye la vacante. Sea como sea, queda claro que la práctica totalidad de los vocales rechazan el informe encargado por Lesmes. Un informe que planteaba que su sustituto en ambas instituciones tenía que ser automáticamente el presidente de sala más antiguo del Supremo, el mencionado Francisco Marín Castán.

Un conflicto judicial

Aquí es donde hablamos de bicefalia en el Poder Judicial, porque Mozo presidirá el CGPJ y Marín presidirá el Supremo. Fuentes de ambas instituciones advierten que esta división puede propiciar un conflicto judicial que se dirimirá a la Sala Contenciosa Administrativa del alto tribunal, concretamente en la Sección Sexta: es la que conoce los recursos interpuestos contra los acuerdos del órgano de gobierno de los jueces. Y es que la reforma legal impulsada por el Gobierno impide que un CGPJ con el mandato caducado no puede hacer nombramientos discrecionales en la cúpula judicial, cosa que incluye al presidente de las dos instituciones.

Por su parte, Mozo ingresó en la carrera judicial en 1985 y llegó al órgano de poder de los jueces a propuesta del PSOE. El año 1998 entró en la Audiencia Provincial de Madrid y desde el 2018 tiene plaza como magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Se ha convertido en el presidente más inesperado de la historia, en parte por ser un progresista al frente de un organismo dominado por conservadores. Pero la cosa es que resultaba inimaginable que a finales del 2018, cuando se acabó el plazo para renovar el CGPJ, que Lesmes sería sustituido por un vocal de su propio consejo.