La ministra principal de Escocia, la nacionalista Nicola Sturgeon, ha presentado este jueves al jefe del Gobierno británico, el conservador Boris Johnson, la propuesta formal para que acceda a negociar un nuevo referéndum de independencia del Reino Unido.

En una comparecencia en Bute House, la residencia oficial del ministro principal en Edimburgo, Sturgeon ha dicho que los resultados de los nacionalistas escoceses en las elecciones del 12 de diciembre, que ganaron 48 de 59 escaños en Escocia, le otorgan el "mandato democrático" de celebrar un segundo plebiscito a finales de 2020.

"Escocia dejó muy en claro la semana pasada que no quiere que un gobierno conservador dirigido por Boris Johnson nos saque de la Unión Europea", ha afirmado y precisado que este será el resultado, dada la mayoría absoluta lograda por los conservadores, si no existe "la oportunidad de considerar la alternativa de independencia".

Sturgeon ha recalcado que el documento de la petición se enviará hoy a Johnson. Se espera que el ejecutivo rechace la solicitud dado que ya hubo una consulta vinculante en 2014 en la que el 55% de la población votó en contra de la independencia.

Anticipando la negativa del líder conservador, Sturgeon ha acompañado su comparecencia con la presentación de un documento de 39 páginas llamado 'El derecho a decidir de Escocia: Poniendo el futuro de Escocia a las manos de Escocia', en el que defiende que el poder para autorizar referéndums de autodeterminación sea traspasado a Escocia de manera permanente y sea el parlamento con sede en Edimburgo el que tenga la última palabra en adelante.

Varias opciones

La ministra principal y líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) ha declarado: "Pedimos al Gobierno del Reino Unido que negocie y acuerde la transferencia de poderes que pondría fuera de toda duda el derecho del Parlamento escocés a legislar para un referéndum sobre la independencia", ha declarado Sturgeon.

Asimismo, ha admitido que espera que la respuesta del Ejecutivo conservador sea negativa, pero destacó que considerará todas las opciones que estén a su alcance. "Espero la oposición, pero esto no es el fin de la cuestión. Y Boris Johnson no debe tener la impresión de que será el fin del asunto", ha apuntado.

Johnson descarta negociar

El primer ministro británico ya ha descartado sentarse a negociar con el argumento de que la cuestión quedó zanjada en el referéndum de hace cinco años, y así se lo trasladó a Sturgeon en una conversación telefónica que mantuvieron la jornada posterior a las elecciones.

Sin embargo, para que sea un referéndum legal y reconocido por todas las partes, es necesario que Johnson acceda a la petición de Sturgeon de transferir los poderes recogidos en la llamada Sección 30 del ordenamiento, que otorgarían al Parlamento escocés la capacidad de convocar un plebiscito de esta naturaleza.