El síndic de greuges de Catalunya, Rafael Ribó, ha reprochado al Govern falta de "transparencia" en la gestión del coronavirus en las residencias geriátricas. Después de una investigación de oficio que empezó el 25 de marzo, Ribó considera que el liderazgo de la Administración de la Generalitat tendría que haber estado "firme y claro" desde el inicio, y "con una transparencia absoluta", para rendir cuentas ante la sociedad y las familias afectadas.

Es por eso que la institución ha reclamado que los datos "estén claros, actualizados y transparentes" para poder analizar y actuar de forma adecuada delante la problemática. También ha pedido una coordinación "más fuerte" entre el Departamento de Salud y el de Trabajo, Bienestar Social y Familias.

Durante la investigación la institución ha recibido 35 solicitudes de intervención del Síndic, 21 formuladas en forma de quejas y 14, en forma de consulta. A través de estas quejas y consultas, se ha podido detectar que ha habido "falta de previsión y de información", y que se han ido adoptando medidas organizativas y de recursos humanos e instrucciones tanto para residencias como para centros de día, "pero a partir de mediados de marzo".

Falta de información hacia las familias

El principal motivo de las consultas y las quejas recibidas, aparte de la falta de información, son no saber en qué situación se encuentra el familiar o si la residencia dispone de suficiente personal y medidas de protección, así como la sorpresa y preocupación de familiares de personas residentes en centros residenciales para las personas mayores ante la posibilidad de que laboratorios privados hagan el test a los residentes asumiendo el coste a los mismos residentes o sus familias.

Varios profesionales también se han dirigido a la institución para mostrar la preocupación por la situación en la cual se encuentran y los riesgos laborales que tienen que asumir.

En paralelo, el Síndic es "consciente de la gravedad de la situación" y también de las dificultades que comporta. Y por eso considera que "hace falta elogiar" la tarea de los profesionales que han trabajado diariamente para la atención de las personas mayores en los centros residenciales, "a menudo en situaciones extremadamente complicadas, difíciles y de gran estrés emocional y psicológico".