Sea cuál sea el resultado de la asamblea dominical de la CUP, el lunes el Parlament tendrá que empezar a tomar decisiones.

Si los cuperos optan por dar luz verde a la investidura, con el compromiso o no de apoyar al Govern, la previsión es que la maquinaria parlamentaria se ponga en marcha de manera inmediata.

De entrada, la presidenta de la Cámara catalana, Carme Forcadell, deberá abordar las preceptivas reuniones, ya programadas, con los grupos parlamentarios para proponer un candidato. A las 12,45 se reunirá la Mesa del Parlament y un cuarto de hora más tarde la Junta. El objetivo es convocar el pleno de investidura.

Sin márgenes

Habitualmente, el pleno se convoca con 48 horas de margen para que los diputados tengan tiempo de programar sus agendas. Esta vez, sin embargo, no habrá márgenes. El pleno se convocará para el día siguiente mismo, es decir, el martes 29.

A partir de aquí se vuelve a repetir todo el proceso que ya se realizó el pasado 9 de noviembre. El candidato a la presidencia expondrá de nuevo su programa. Se abrirá el debate con los grupos. Y, finalmente, se procederá a la votación.

La investidura, para que se lleve a cabo en primera votación, necesita de la mayoría absoluta de los votos. Si no es posible que prospere con mayoría absoluta, 48 horas más tarde se convoca un nuevo pleno en que será suficiente con una mayoría simple.

A pesar de las incertidumbres que rodean el resultado de la asamblea de la CUP, la previsión que a estas alturas cuenta con más posibilidades, según los negociadores, sería que la votación se pueda superar en primera vuelta. Es decir, con mayoría absoluta.

Eso podría ser así, aunque la CUP decida dar sólo apoyo a la investidura y no al Govern de Junts pel Sí, es decir, no garantizar la estabilidad parlamentaria. Esta es una de las opciones que se someterán a votación en la asamblea cupera de Sabadell.

Seis/cuatro...

Según los negociadores, para hacer eso posible, la CUP dividiría su voto: 6 diputados votarían a favor y 4 en contra.

Con los 62 escaños con que cuenta Junts pel Sí y los 6 votos de la CUP, el presidente sería investido con mayoría absoluta. Serían 68 diputados de los 135 que componen el hemiciclo.

No hay previsiones sobre cuándo tomaría posesión el nuevo Govern, presidido por Artur Mas, aunque podría no formalizarse hasta pasado el Fin de Año.

Si la investidura prospera, el Govern quedará dividido en tres áreas: la comisión de Govern de Economia i Ocupació, que encabezaría Oriol Junqueras como vicepresidente; la comisión de Afers Exteriors, Institucionals i Transparència, que dirigiría Raül Romeva como conseller de Afers Exteriors i Relacions Institucionals, y la comisión de Estat del Benestar con Neus Munté al frente, como consellera de Presidència.

O nuevas elecciones

En caso de que la CUP decidiera no apoyar ni al Govern ni al president, el día 10 de enero, dos meses después de la primera votación fallida para la investidura, el Parlament se disolverá de manera automática.

El president en funciones, el mismo Mas, deberá convocar elecciones “de manera inmediata”. Se celebrarían entre 40 y 60 días después de la convocatoria.

Y todo el procedimiento volvería a empezar de nuevo, desde las urnas.