"Por qué la sedición no tiene cabida en democracia"?. Esta es la pregunta que se hace el diario escocés The Scotsman después de que este jueves la justicia escocesa dejara en libertad a la consellera Clara Ponsatí, y le mantuviera el pasaporte, con lo cual puede viajar libremente.

En un artículo, The Scotsman se plantea que el intento de España de extraditar a Ponsatí "plantea algunas cuestiones profundas". Según el diario, los escoceses se tendrían que alegrar de vivir en un país donde la sedición, definida por la Enciclopedia Británica es "organizar o incentivar la oposición al gobierno de una manera que no tenga los delitos más peligrosos que constituyen la traición".

Por lo tanto, añade que "ya no es un delito y que los que hacen campaña contra el estado sólo son procesados si cometen actos delictivos como violencia o intimidación".

The Scotsman cita al autor británico Will Self que en el 2010 argumentó, sobre la sedición, que "una democracia madura de gobierno abierto y libertad de expresión, no necesita inquisiciones tan antiguas".