La crisis del Partido Popular no ve la luz al final del túnel. Y todo el mundo hurga en la herida, también Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno se ha sumado hoy a la presión de los barones territoriales del PP sobre Pablo Casado. El dirigente socialista le ha pedido que resuelva la batalla abierta "cuanto antes" así como que aclare las "dudas" sobre posible corrupción que afectan a la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso. En la misma comparecencia también se ha mostrado preocupado por el auge de la extrema derecha de Vox, que se puede observar en las últimas encuestas. Ha avisado que no es una "buena noticia" para nadie.

En una comparecencia desde La Moncloa, acompañado por la primera ministra danesa Mette Frederiksen, Pedro Sánchez ha arrancado asegurando que no interferirá "en la situación de ningún partido" ni sobre sus crisis internas. No obstante, a continuación ha avisado de que "España necesita estabilidad", una estabilidad que no sólo aporta el Ejecutivo, sino también el principal partido de la oposición. Por eso, el presidente socialista ha reclamado dos cosas a Pablo Casado: "Que resuelvan esta crisis cuanto antes por el bien de la democracia española y que aclaren las dudas sobre irregularidades y corrupción. Lo pido como presidente y como ciudadano".

Preguntado sobre el auge de la extrema derecha de Vox, manifestado en algunas encuestas publicadas estos días, el dirigente socialista ha lamentado que "no es una buena noticia para ningún demócrata". Y lo ha ligado con la negociación para la conformación de gobierno en Castilla y León. En este sentido, Sánchez ha recordado que hay "una alternativa" al gobierno PP-Vox, que es "definir un cordón sanitario". Si los populares se comprometen a este frente contra la ultraderecha, "el PSOE está abierto a ofrecer esta alternativa", ha concluido.

Presión de los barones

Isabel Díaz Ayuso habla claro: "La situación del PP es insostenible". En estos términos se ha pronunciado hoy la presidenta de la Comunidad de Madrid, que no da por cerrada la crisis. En un acto público ha exigido a Pablo Casado que tome decisiones contundentes después del "ataque político cruel" que ha sufrido durante los últimos días. No se ha pronunciado explícitamente sobre dimisiones o congresos extraordinarios, pero sí que ha allanado el camino: "No puede quedar gratis el perjuicio que se ha causado a la Comunidad de Madrid". Una Ayuso que ha aprovechado para dejar claro que no se moverá de Sol.

A eso se suma la presión de barones territoriales, como Alberto Núñez Feijóo o el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco. El presidente de la Xunta de Galicia ha asegurado este lunes que ante la situación de "colapso" en la que se encuentra el PP hay que adoptar decisiones "que no serán fáciles, sino complejas", pero que son "urgentes", porque "el PP es la única alternativa de gobierno a un mal gobierno". De hecho, ayer se habría producido un contacto entre Ayuso y Feijóo en el que habrían acordado que la etapa de Casado ha finalizado.