El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dispone a colgar pronto el cartel de 'cerrado por vacaciones', no sin antes comparecer públicamente este lunes (a las 12 horas en la Moncloa) para hacer balance del curso político y presentar un informe sobre los objetivos alcanzados del Gobierno, que se propone agotar la legislatura y llegar hasta el 2027. Lo hace en un momento en que ha amainado relativamente la tormenta política sobre él, una vez el caso Montoro ha removido el panorama político oscureciendo el futuro de su rivla, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Después de hacer balance, Sánchez se preparará para abrir un paréntesis estival tras superar un periodo agitado de prácticamente dos meses protagonizado por las turbulencias sobrevenidas por el estallido del caso de corrupción en torno a Santos Cerdán. Un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que trascendió el pasado 13 de junio, sacudía el tablero político y ponía Sánchez en una situación extremadamente compleja.

La corrupción en torno al exsecretario de organización del PSOE y exmano derecha del presidente ha sometido la presidencia de Sánchez a una fuerte presión por parte de la oposición, pero la coyuntura política ha permitido que el presidente haya conservado hasta ahora el apoyo (con la boca pequeña) de los socios de investidura. Así y todo, los apoyos no son incondicionales, como han recordado este domingo los líderes independentistas, tanto por parte de Carles Puigdemont -con un aviso directo que ha hecho en su reaparición en la Catalunya Nord ante la militancia de Junts- como por parte de Oriol Junqueras en unas nuevas declaraciones.

La comparecencia de Sánchez este lunes en la Moncloa llega precedida por un fin de semana en que tanto el PSOE como el PP se han intercambiado reproches por los diferentes casos de corrupción que les salpican. Los socialistas aprovechan el filón del caso Montoro para someter a más presión al presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, a quien se le reclaman de forma reiterada explicaciones ante un caso que califican de extremadamente grave. El PP, sin embargo, mantiene su estrategia previa al caso Montoro, que se basa en reclamar a Sánchez que dé la legislatura por acabada, que se retire y convoque elecciones.

Sánchez resiste las embestidas

A pesar de las embestidas que el universo mediático anti-Sánchez propina al presidente español, el hecho cierto es que hasta ahora ha trampeado la situación y las resiste todas. Semanas atrás se especulaba con la aparición de nuevos informes de la UCO que podrían hacer mayor la mancha de aceite del caso Santos Cerdán, pero a estas alturas el panorama continúa estable. En este contexto, incluso los socialistas han encontrado un bote salvavidas en uno de los nuevos audios donde supuestamente Víctor de Aldama desvinculaba a la mujer del presidente, Begoña Gómez, del rescate de Air Europa, aunque después el comisionista salió a decir que desmentía estas interpretaciones. El caso Montoro también ha dejado en una zona gris los ataques que Sánchez recibía por los negocios de saunas de su suegro. Dos meses de tensión de los cuales el presidente se podrá recuperar desde la residencia oficial de La Mareta en Lanzarote, donde tiene previsto pasar los primeros días de agosto.