El giro que está dando el presidente Pedro Sánchez hacia Ciudadanos está convirtiendo el Gobierno español en una olla a presión, por las estategias contrapuestas del PSOE y de Podemos. La buena sintonía que se ha puesto de manifiesto esta mañana en la entrevista que la vicepresidenta española, Carmen Calvo, ha mantenido con el portavoz adjunto de Cs, Edmundo Bal, ha encendido las alarmas en la formación de Pablo Iglesias, porque apunta que Ciudadanos será el socio preferencial para aprobar los presupuestos del Estado.

El que apareció como el gobierno más progresista de la historia está deconstruyendo con una gran rapidez esta imagen y se está convirtiendo por la acción de Sánchez en un gobierno estrictamente pragmático para asegurarse mayorías parlamentarias. El cálculo del PSOE es que Podemos aguantará quedar descolocado, porque preferirá no abandonar el ejecutivo español, después de los esfuerzos que hizo por llegar a él.

El malestar de la dirección de Podemos es descomunal y confirma que el ejecutivo de coalición español está entrando en una fase de fuerte tensión. La ministra de Igualdad, Irene Montero, la número dos de Podemos en el Gobierno, lo ha hecho público esta tarde con expressiones gruesas. "Cs gobierna gracias a Vox, por eso no es creíble que den apoyo a las políticas centrales del gobierno de coalición. Quien mira hacia la derecha no es el gobierno, sino una parte de él. Cumplir el acuerdo de gobierno implica cuidar la mayoría parlamentaria que lo hizo posible", ha indicado. La tensión interna en el Gobierno ya ni siquiera se disimula.

El acercamiento de Sánchez a Ciudadanos pocos meses después de que desde el entorno mediático socialista se lo consideraba miembro del "trifachito" ha dejado también en mala posición a ERC, y a su primer representante en el Congreso, Gabriel Rufián.

Si el presidente español gira hacia el partido de Inés Arrimadas, se deshacen totalmente las posibilidades de una mesa de diálogo sobre Catalunya, que era la gran apuesta de ERC por la que invistió a Pedro Sánchez el pasado mes de enero.

Rufián ha reconocido que su formación se tendrá que replantear la estrategia.

La vicepresidenta Carmen Calvo ya ha ido hoy en la nueva línea dictada por el líder del PSOE, y se ha comprometido con Cs en actuar en Catalunya si los casos de coronavirus aumentan. Sería una nueva intervención de las competencias de la Generalitat y una desautorización de la consellera Alba Vergés, inaceptable para ERC, que hasta ahora era socia de Sánchez.