Volantazo de Pedro Sánchez con Catalunya -y desde Catalunya- en la carrera hacia la enésima cita con las urnas. Si durante los últimos diez días, desde la Fiesta de Rosa de Gavà, el presidente español en funciones ha exhibido mano dura advirtiendo que no le temblará el pulso si tiene que aplicar el 155, este miércoles el líder del PSOE ha enderezado el tono y las formas. De la amenaza a la seducción. Sánchez ha prometido "reconstruir los puentes de la convivencia" y ha descartado cualquier pacto con Ciutadans y una gran coalición con el PP. Ninguna mención ni insinuación, hoy, al 155. Pedro Sanchez PSOE - Sergi Alcàzar

Hace meses que España vive inmersa en una campaña electoral permanente y Pedro Sánchez es un auténtico experto, ha sido más tiempo candidato que presidente. Ahora se ha enrolado en una gira que este miércoles ha vuelto a parar en Barcelona en un mitin donde se ha percibido un giro estratégico. Después días de encuestas públicas y trakings internos nada esperanzadores, en el PSOE parecen haberse dado cuenta de que hacer de Rivera puede no salirles rentable en Catalunya, un aviso que algunos dirigentes de el PSC ya les habían hecho en privado.

"Ahora que suben los decibelios, que se ha constatado el naufragio de los independentistas y que se desnuda el daño que el independentismo ha hecho a sus filas, es cuando es más necesario reafirmar los compromisos y convicciones de los socialistas", ha afirmado un Sánchez mucho más conciliador. El secretario general del PSOE vuelve a buscar el carril central entre el independentismo y Ciudadanos y lo hace comprometiéndose a "defender la convivencia en Catalunya y un proyecto político plural en una España diversa". En este sentido ha definido al PSC como "el partido de la solución y la convivencia en Catalunya". Una afirmación que ha rematado Iceta assegurando que serán "los garantes del autogobierno", en contraposición al independentismo y a la derecha. 

En paralelo a la suavización de su discurso con el independentismo, Sánchez ha alzado un muro entre el PSOE y PP y Cs. "¿Dónde vamos a ir nosotros con partidos que pactan con la ultraderecha en España?", se ha preguntado retóricamente. Para evitar sustos el 10-N, el líder del PSOE ha pedido "no jugar a la ruleta rusa y votar socialista". 

Pero ha habido más, Sánchez ha recuperado la lista de viejas promesas. "Habrá un gobierno que piense en las demandas y urgencias de los catalanes de pie", ha dicho. Y las ha enumerado: seguridad, Rodalies, infraestructuras, corredor mediterráneo y sanidad. Sin más concreciones.

Catalunya tendrá un peso primordial en la campaña de los socialistas, porque es una pieza clave en el manual de resistencia de Pedro Sánchez. Recoger unos buenos resultados es imprescindible para que los socialistas no sean desalojados de Moncloa.

Pedro Sanchez PSOE - Sergi Alcàzar

Iceta, a rebufo

Más allá de arremangarse por Pedro Sánchez para el 10-N, Miquel Iceta se ha sumergido de lleno en su propia campaña para ser president de la Generalitat, a rebufo del PSOE. "Necesitamos un Govern que lo presida a alguien como yo", ha sentenciado.De hecho, él ha sido más contundente con el independentismo que Sánchez. Ha insistido en el respeto a la ley y se ha referido a la inminente sentencia del Tribunal Supremo advirtiendo que habrá que "acatarla porque vivimos en un estado de derecho con separación de poderes". 

El primer secretario del PSC ha ayudado a Sánchez a cargar contra sus rivales. En su caso ha sido especialmente duro con Podemos. Como Meritxell Batet, ha llamado a la movilización del voto socialista porque en la próxima investidura "no puedan hacer la zancadilla cuatro desarrapados". 

"El catalán que más lejos ha llegado nunca"

El acto ha empezado tarde porque un grupo de vecinos de los barrios del cauce del Besós se han acercado al Centro de Convenciones para trasladar a los dirigentes socialistas, entre los cuales el primer teniente de alcalde Jaume Collboni, su malestar por los problemas de seguridad que sufren.

Iceta ha sido el encargado de estrenar los discursos. Y ha comenzado su intervención con una felicitación exhaltada a Josep Borrell, "el catalán que más lejos ha llegado nunca en la política internacional", por haber superado el examen del Parlamento Europeo para ser jefe de la diplomacia europea.

Colección de promesas

24 horas antes del acto de este miércoles en Barcelona, Sánchez protagonizó un mitin en Jaén, de la mano de su eterna rival Susana Díaz. Ante más de medio millar de militantes, en tierras andaluzas, el presidente en funciones prometió que su gobierno (si se mantiene) reducirá el número de jornadas -peonadas- que habrá que trabajar para cobrar el subsidio agrario, el antiguo -y famoso- PER. Una medida que, según los socialistas, pretende hacer frente a la subida de aranceles de Trump.

Esta misma semana, aún otro anuncio, el compromiso de subir las pensiones antes de que acabe el año en proporción al IPC.