La libertad de expresión tiene un límite: la "violencia". Este ha sido el aviso a navegantes que ha querido lanzar Pedro Sánchez después de tres días de protestas por el encarcelamiento de Pablo Hasél, unas manifestaciones que han acabado con disturbios en Barcelona, Valencia o Madrid. Ante estos hechos, el presidente español ha garantizado que responderán "con contundencia contra cualquier forma de violencia". La contundencia de la policía, que ha dejado imágenes de cargas indiscriminadas. En el caso de Catalunya, los Mossos incluso han sacado un ojo a una chica con una bala de foam. Una violencia policial que ha sido cuestionada por Unidas Podemos y que ha abierto una nueva ceba en el gobierno de coalición.

El presidente del Gobierno ha aprovechado la presentación del plan de recuperación en Extremadura para hablar de la cuestión. En primer lugar, se ha referido a la reforma del Código Penal que preparan para evitar casos como los de Hasél. "La democracia española tiene una tarea pendiente para mejorar la protección de la libertad de expresión", ha defendido Sánchez, que ha subrayado el consenso "amplio" de la sociedad española para mejorar la regulación "en la línea de otros países europeos". Dicho esto, se ha centrado en la "violencia" que se ha visto estos días en las calles en las protestas: "En una democracia plena, y la española lo es, resulta inadmisible cualquier tipo de violencia".

 

En este sentido, el dirigente socialista ha asegurado que no hay ninguna "excepción", ni ninguna causa o situación que "pueda justificar la violencia". El presidente español ha advertido que la violencia es "un ataque a la democracia" y que por lo tanto la combatirán. "El Gobierno actuará con contundencia contra cualquier forma de violencia", ha advertido. Y ha concluido: "La democracia ampara la expresión de los pensamientos más infames y absurdos. Pero la democracia nunca ampara la violencia, que es la negación de la democracia".

Las protestas por Hasél, justamente, han abierto un nuevo frente de discrepancia dentro del Gobierno de coalición. Todo empezó con el portavoz parlamentario Pablo Echenique, que se solidarizó con los manifestantes. Acto seguido, el diputado Rafa Mayoral avisó de que "no estamos ante un problema de orden público, sino ante un problema de necesidad de profundización democrática". Preguntado sobre si condenaba los disturbios, Mayoral puso el foco en la violencia policial. Estas manifestaciones fueron desautorizadas por dirigentes socialistas, como la vicepresidenta Carmen Calvo, que acusó al socio pequeño de "alentar" situaciones de violencia.

Petición de indulto de Podemos

Ante el inmovilismo del PSOE, el grupo de Unidas Podemos ha decidido dar un paso adelante. Como ya había anunciado, la formación ha pedido el indulto para el rapero leridano Pablo Hasél y también para Valtònyc, que se encuentra en el exilio en Bruselas desde mayo del 2018. El escrito, adelantado por el diario Ara y al que ha tenido acceso ElNacional.cat, pide la conmutación total de las condenas para los dos cantantes. Jaume Asens lo ha registrado en el Ministerio del Interior después de haber obtenido el visto bueno de las dos defensas. Hasta el momento, el Gobierno simplemente se ha comprometido a reformar el Código Penal, sin fijar plazos.