La intención de reemprender la mesa de diálogo desde la Moncloa se aplaza hasta la primavera. Esta es la intención del presidente español, Pedro Sánchez, que prioriza las elecciones inminentes en Castilla y León y sacar adelante la nueva reforma laboral. Según adelanta El Periódico, no especifica una fecha en concreto pero aseguran que tiran la pelota adelante hasta, como mínimo, a partir del 20 de marzo cuando se inicia esta estación que acaba el 21 de junio. Así pues, también las elecciones en otra comunidad, Andalucía, podrían acabar siendo una prioridad que dejara en último término la mesa. La Junta andaluza, encabezada por el popular Juan Manuel Moreno, ha empezado a anular toda la agenda de actos del mes de mayo ya que prevé un adelanto electoral. Pero más allá de la política estatal, también hay otros hechos que pasarían o han pasado por delante: el estallido del volcán de La Palma el pasado 19 de septiembre que se alargó hasta el 13 de diciembre; la retirada el verano pasado de Afganistán encabezada por los militares de los Estados Unidos después de dos décadas; y ahora la tensión entre Rusia y los americanos por el control de Ucrania y sus territorios fronterizos. Y siempre, en la sombra, la pandemia por la covid que hace saltar por los aires cualquier pequeña previsión establecida.

Otras prioridades en la agenda

Parece que el gobierno de Sánchez no se ve capaz de gestionar dos cosas a la vez o, cualquier aspecto geopolítico y económico en paralelo a la resolución del conflicto con Catalunya. Hay una fecha que podría dar alguna pista de cuándo se celebrará otro encuentro entre gobiernos. Desde la Moncloa se convocará la próxima Conferencia de Presidentes desde la isla canaria de La Palma donde podría asistir el presidente Pere Aragonès. En función de los resultados de las elecciones en Castilla y León y la constitución, más o menos rápida, de un nuevo gobierno autonómico podría ser inmediatamente después del 13 de febrero. Y es aquí cuando se abriría la posibilidad de marcar una fecha antes o después de Semana Santa, el mes de abril, según adelanta El Periódico por fuentes próximas a Sánchez. Una celebración que iría en paralelo al debate sobre el estado de la nación. El Congreso espera el deseado debate prometido por el mismo Sánchez, y hasta ahora, la cita se enmarcaba para el semestre del año, en el período de sesiones que arrancará en febrero. El precedente se remonta ahora hace siete años, en el 2015. Entonces gobernaba con mayoría absoluta el PP de Mariano Rajoy y el bipartidismo continuaba. Unidas-Podemos, Ciudadanos y Vox todavía no habían irrumpido en el Congreso y quieren estrenarse en el próximo. De hecho, la misma Inés Arrimadas ha pedido de forma reiterada a Sánchez que marque ya una fecha. Este incluye dos jornadas de debates 'cara a cara' del presidente con los portavoces de los diferentes grupos al Pleno del Congreso y da lugar a la votación de un centenar de propuestas de resolución para medir la fortaleza o debilidad del poder legislativo y ejecutivo.

La respuesta del Gobierno

La respuesta previa por parte del Gobierno a fijar una fecha para la nueva reunión de la mesa de diálogo es que hay prisa. El conseller de Empresa, Roger Torrent, asegura que "no se puede dilatar más porque no habrá más oportunidades históricas como esta". La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ya dio por hecho que este enero estaba perdido pero aseguraba que "esperaban que fuera a principio de año". Aunque desde La Moncloa, demuestran y explicitan, que ahora la mesa no es prioritaria. El último en pronunciarse ha sido el conseller de Economia, Jaume Giró: "No hay mesa entre gobiernos que permita resolver el conflicto. Cuando se empezó a hablar de la mesa de diálogo y de qué personas irían de Junts, llamé al secretario general de Junts para decirle que yo no quería estar", ha apuntado Giró. "En Catalunya queremos un referéndum y la amnistía, no queremos imponer la independencia a nadie, lo que queremos es votar y contarnos. Eso lo tendrían que negociar personas destacadas y relevantes de los partidos". En paralelo a la mesa, también se celebrará un encuentro de la comisión bilateral Generalitat-Estado, donde se tratarán los asuntos "estatutarios", como los etiqueta el Gobierno, desde infraestructuras a becas, alejados de lo que entienden como "el conflicto identitario". Esquerra ve básico mantener el diálogo con Sánchez desde varios puntos de vista y un primer paso donde se podrá ver si hay consenso es con la aprobación y el apoyo a la reforma laboral de este próximo jueves que se someterá al trámite de convalidación en el Congreso de los Diputados. Los republicanos, de momento, se sitúan en el bloque del no.

El último encuentro

El último encuentro fue el 15 de septiembre y ya empezó con polémica por el 'no' inicial de Pedro Sánchez a sentarse y hacerse la foto. Finalmente, sí entró con Aragonès a la reunión. Los dos estuvieron justo el tiempo para hacer la fotografía de rigor. Solo consiguió dejar testimonio del episodio el fotógrafo del Govern, Jordi Bedmar, mientras decenas de cámaras esperaban en la zona de prensa. Acto seguido los dos presidentes se presentaron ante los medios de comunicación, empezando por Sánchez. Aquella mesa estuvo marcada por otro hecho de actualidad con el que acabó compartiendo protagonismo: la negativa a la ampliación del Aeropuerto del Prat y una previa de desavenencias en el modelo y el 'sí' o 'no' a sacar adelante el proyecto. Desde la Moncloa replicaron que la mesa también tenía que servir para hablar de economía e infraestructuras pero desde Esquerra se remarcó que en la mesa no se tenían que tratar este tipo de cuestiones. El encuentro quedó resumido en "próximas reuniones y encuentros discretos" y el compromiso de "trabajar conjuntamente para avanzar en aspectos" no detallados.