Pedro Sánchez vuelve a la carga. Este sábado, desde Malta, ha atacado a la derecha tradicional, a la que ha acusado de vivir "en un Black Friday permanente", ya que "liquidan principios, hacen rebajas de convicciones, y ponen la democracia en venta solo por aferrarse al poder", ha señalado ante el Consejo de la Internacional Socialista. Según el presidente español, la derecha tradicional "ha abandonado sus valores para no perder votos contra la extrema derecha" y ha criticado que la derecha ha recortado un 40% en servicios públicos, ha puesto los derechos de las mujeres "en liquidación" y ha reducido "drásticamente" el progreso social, suspendiendo libertades que tardaron generaciones en alcanzarse.

En un contexto de polarización evidente en todo el Viejo Continente, ha situado así a la izquierda como la única brújula que sigue apuntando hacia la dignidad, la justicia y la igualdad y ha lanzado un mensaje de confianza ante el ascenso de la extrema derecha. "Las dificultades no deberían llevarnos a desesperarnos. La primavera siempre llega y la primavera tiene un nombre, el nombre del socialismo", ha resaltado mientras se comprometía a continuar trabajando por la unidad de la familia internacional socialista. A su parecer, los socialdemócratas son la vanguardia de un nuevo comienzo que "trae esperanza y mejora vidas", porque con ellos "la gente vive mejor, las sociedades son más estables y las democracias son fuertes". Por ello, ha pedido a los partidos progresistas ser un faro "de esperanza", poniendo como ejemplo la victoria del demócrata Zohran Mamdani en Nueva York, y ha enumerado los cuatro retos a los que se enfrenta la izquierda: el cambio climático, las desigualdades, la igualdad entre hombres y mujeres y el mantenimiento de la paz. Sobre esta última, ha vuelto a defender una solución justa que incluya a los palestinos en todas las fases de la negociación y que fortalezca el movimiento progresista de Israel.

Asegura que la derecha ha acabado "absorbida" por la extrema derecha

El ascenso de la extrema derecha ha sido una de las cuestiones en las que más ha incidido el jefe del Ejecutivo español, asegurando que los populares la han normalizado, llevándola a los gobiernos y copiando sus ideas y tácticas, pero han acabado siendo "absorbidos". En este sentido, ha añadido que al mismo tiempo que la extrema derecha toma el poder entra en contradicciones, porque se llaman patriotas y liberales, pero están "vendidos" a las multinacionales y "desmantelan" las normas del derecho internacional, diciendo que gobiernan para los ciudadanos, pero legislan "solo para las élites". Además, ha alertado de que para conseguir sus objetivos, la extrema derecha "ni siquiera necesita gobernar. Simplemente, se sienta y ve cómo el conservador vende todo aquello construido pieza a pieza", haciendo referencia al apoyo de Vox al nuevo gobierno del PP en el País Valenciano.